En
mi país la poesía ladra
suda
orina tiene sucias las axilas.
La
poesía frecuenta los burdeles
escribe cantos silba danza
mientras se mira
ociosamente
en la toilette
y ha conocido el sabor dulzón del
amor
en
los parquecitos de crepé
bajo la luna
de los mostradores.
Pero
en mi país hay quienes hablan con su botella de vino
sobre la pared azulada.
Y
la poesía rueda contigo de la mano
por estos mismos lugares que no
son los lugares
para
filmar una canción destrozada.
Y
por la poesía en mi país
si no hablaste como esto
te obligan a salir
en
mi país
no hay donde ir
pero tienes que ir saliendo
como
el acné en el cascarón rosado.
Y
esto te urge más que una palabra perfecta.
En
mi país la poesía te habla
como un labio inquietante al oído
te
aleja de tu cuna culeca
te filma tu paisaje de Herodes
y
la brisa remece tus sueños
-la brisa helada de un
ventilador.
Porque
una lengua hablará por tu lengua.
Y
otra mano guiará a tu mano
si
te quedas en mi país.
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