George Pichard
Se abre un minúsculo universo ante la complacencia
del onanista
Que con mano temblorosa y dedos que son lazarillos
de perversidades
Se somete a la lascivia pueril de aquellos años ya
muertos
Un escaparate imaginario se amplía en el horizonte
Brillan los ojos del voyerista derrotado
Se hace partícipe de forma ilusa en orgías
descarnadas
Anhela la cara pueril de actrices norteamericanas
O perderse en los senos amazónicos de panteras
colombianas
Un desfile de anos y montes de Venus rasurados se
agitan en las redes
Cunnilingus, fellatios, irrumaciones, bukkakes
Una enciclopedia de parafilias y perversiones
Un anuncio publicitario que titila en las esquinas
El voyeur del ojo muerto
El individuo abandonado
La sodomía desesperada
El escándalo pornográfico de la época dislocada
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