Este poema fue
publicado en 1860, intercalándolo en la tercera edición de Hojas de Hierba.
Como el Canto a mí mismo es un
poema-programa en el cual Whitman, el poeta del alma a través del cuerpo
con todas sus rudezas, delirios y pecados; de la inmortalidad a través de la
mortalidad; y, de la religiosidad excelsa y depurada, por encima de las religiones
vulgares y manoseadas, antes, en su canto y después de su canto, queda
consagrado y erigido para siempre como el poeta máximo de la democracia y de la
camaradería. Emerson lo dijo: los poemas
de Whitman son, con frecuencia, no tanto proyecciones imaginarias, sino más bien,
inventarios de América. Se propuso desde el comienzo idealizar a los Estados
(sus Estados Unidos), y así, a lo largo de toda su obra, a la que Venido de
Paumanok sirvo de pórtico, lo vemos y escucharemos en su canto a las masas
insatisfechas, a los héroes, a la camaradería y al amor, al bien y al mal, como
realidades de la Democracia. “Paumanok, nombre con que los indígenas designaban a Long Island, la Isla Larga -dice Henry Seidel Canby en su biografía de W. W.-
simbolizaba para él su juventud no menos que la realidad geográfica. Nacido
entre las colinas de esta isla, si bien su juventud y su temprana adultez tuvo
por escenario la ciudad, volvió asiduamente al ambiente rural de Long
Island para visitar a sus padres, emplearse de maestro de escuela, hacer
caminatas, vagar (que para él significaba meditar y absorber) y buscar el
contacto con las playas y el mar. Su mundo en
Long Island rural comprendía la parte oeste de la isla; comenzaba a unas
veinte millas de Nueva York y se extendía desde el estrecho de Long Island hasta el Atlántico, tan próximos que
en los días de tempestad el sordo bramido del mar embravecido llegaba a las
suaves colinas donde estuvo la cuna de W. W. La parte este de Long Island, con
la Bahía del Sur y las comarcas de
Green Port y Montauk no forman parte del escenario de su
infancia...”
VENIDO DE
PAUMANOK
(Starting From
Paumanok)
1
Salido de la
isla que tiene forma de pez, Paumanok, en que
he
nacido,
Engendrado por
todo un hombre, mi padre, y educado por
una
madre perfecta,
Luego de haber
errado por muchas tierras, amante de los
caminos
populosos,
Morando en
Manhattan, mi ciudad,
o
en las praderas sureñas,
Un soldado
acampado, o partiendo con mi fusil al hombro,
o
como minero en California,
O llevando una
rústica existencia en mi casa, en los bosques
de
Dakota, comiendo sólo carne y bebiendo agua de
los
manantiales,
O retirado para
meditar y cavilar en lo profundo
de
cualquier caverna,
Donde, lejos del
ruido mundano, transcurre el tiempo entre
éxtasis
dichosos,
Teniendo en
evidencia al generoso, al abundante Misuri,
contemplando
al pujante Niágara,
Teniendo en
evidencia las manadas de búfalos que pacen
en
las praderas, el hirsuto bisonte de robusto pecho,
La experiencia
de la tierra, las rocosas montañas, las flores
de
mayo, las estrellas, la lluvia, la nieve que me
maravillan,
Habiendo
estudiado los trinos del pájaro burlón y el vuelo
del
gavilán de la montaña,
Habiendo
escuchado al rayar el alba el pájaro incomparable,
el
tordo, entre los cedros de los pantanos,
Solitario,
cantando al Oeste, entono el himno de un Nuevo Mundo.
2
Victoria, unión,
fe, identidad, tiempo,
Los lazos
indisolubles, riquezas, misterios,
Progreso eterno,
el cosmos, y las modernas invenciones.
Esta es la vida.
He aquí lo que
ha subido a la superficie luego de tantos
tormentos
y convulsiones.
¡Cuánta
curiosidad! ¡Cuánta realidad!
Bajo mis plantas
el suelo divino, sobre mi cabeza el sol.
Veo girar al
mundo,
Los continentes
ancestrales lejos, agrupados, juntos,
Los continentes
futuros, al norte y al sur, con el istmo
entre
ambos.
Mirad las vastas
llanuras, sin caminos
Como en un sueño
se prolongan, y rápidamente se colman,
Innúmeras multitudes
en ellas desembocan,
Cubiertas están
por la gente más avanzada que se, conoce
en
las artes, en las instituciones.
Mirad,
proyectado a través del tiempo,
Para mí, un
auditorio interminable.
Con paso firme y
regular avanzan sin detenerse jamás,
Sucesión de
hombres, americanos, cien millones,
Una generación
pasando luego de desempeñar su papel,
Una generación
desempeñando su papel y pasando a su vez
con
el rostro vuelto hacia un lado o hacia atrás, para
escucharme,
Con ojos
retrospectivos, contemplándome.
3
¡Americanos!
¡Conquistadores! ¡Avanzadas humanitarias!
¡Las más
avanzadas! ¡Centenarias avanzadas¡ ¡Libertad!
¡Masas!
Para vosotros un
programa de cantos.
Cantos de las
praderas,
Cantos del
Mississippi a lo largo de su curso y hasta el mar
de
México
Cantos del Ohío,
Indiana, Illinois, Iowa, Wisconsin y Minnesota,
Cantos partiendo
del centro, de Kansas, y equidistantes de
allí,
Brotando como
llamaradas, vivificándolo todo.
4
Recoge mis hojas
de hierba, América, recógelas al Sur y
recógelas
al Norte,
Dales la
bienvenida en todas partes, porque ellas son la
progenie.
Rodea las del
Este y las del Oeste, porque ellas querrán
rodearte,
Y vosotros,
precedentes, vinculados tiernamente con ellas,
porque
ellas se vincularán con vosotros.
He estudiado los
viejos tiempos,
Me he sentado
para estudiar al pie de los grandes maestros,
Ahora, si, puedo
ser elegido. ¡Oh! ¡Ahora pueden venir los
grandes
maestros y estudiarme a su vez.
Acaso, en nombre
de esos Estados, ¿puedo despreciar lo
antiguo?
Y es que esos Estados
son los hijos de lo antiguo
y
lo justifican.
Poetas muertos,
filósofos, sacerdotes,
Mártires,
artistas, inventores, gobernantes de hace mucho
tiempo,
Forjadores del
lenguaje en remotas tierras,
Naciones antaño
pujantes, ahora reducidas, apartadas, o
desoladas,
No me atrevo a
anticipar lo que respetuosamente yo os
acredito
de lo que habéis aportado y dejado aquí.
Yo reconozco que
es admirable (¡me ha conmovido tanto!).
Lo he
contemplado atentamente durante un largo instante,
y
luego lo he despedido;
Aquí estoy, en
mi puesto, con mi propio tiempo.
He aquí las
tierras, hembras y machos,
He aquí la
herencia masculina y la herencia femenina del
mundo,
he aquí la llama de la materia,
He aquí la
espiritualidad, que es la traductora, que está
plenamente
dedicada,
Es el movimiento
constante, el final de las formas visibles,
La satisfacción,
avanzando ahora, luego de la prolongada
espera,
¡Sí, he aquí que
llega mi señora, el alma!
6
El alma,
Por siempre,
siempre, por más que el suelo deje de ser pardo
y
estar duro, hasta cuando las aguas dejen de fluir y
refluir.
Yo quiero trazar
los poemas de las cosas materiales, porque
considero que
serán los poemas más espirituales,
Y haré los
poemas de mi cuerpo y de la inmortalidad,
Porque creo que
entonces yo mismo me halagaré con los
poemas
de mi alma y de la inmortalidad.
Haré un canto
para estos Estados, a fin de que ni un solo
Estado,
en circunstancia alguna, esté supeditado a otro,
Y haré un canto
que brindará dilecta amistad, noche y día
a
todos los Estados, y entre todos los Estados, y entre
cada
uno y todos los Estados,
Y haré un canto
para las orejas del Presidente,
lleno
de armas y amenazadoras puntas,
Y en pos de las
armas, innumerables rostros descontentos,
Y haré un canto
del Uno formado por todos estos Estados,
El Uno armado de
dientes y chispeante, cuya cabeza está
por
sobre todos,
El Uno resuelto
y guerrero, involucrándolos a todos,
(Por más alta
que esté la cabeza de cualquiera, otra habrá
por
encima de todas).
Encontraré los
países contemporáneos,
Seguiré toda la
huella geográfica del globo, y saludaré
cortésmente
a toda ciudad, grande o pequeña.
¡Y los oficios!
Yo pondré en mis poemas lo que para ti es
heroísmo
sobre la tierra y el mar,
Y relataré tu
heroísmo desde un punto de vista americano.
Yo entonaré el
cántico de la camaradería,
Yo mostraré qué
es lo único que finalmente debe unir a
los
Estados.
Yo creo que
estos Estados deben fundar su propio ideal de
amor
viril, y yo en mí lo indicaré,
Yo dejaré
entonces que la llama que de mí brota
se
convierta en el fuego que me consumirá,
Yo removeré lo
que ha permanecido largo tiempo bajo ese
fuego
generador,
Yo lo abandonaré
completamente,
Yo escribiré los
poemas -evangelios de los camaradas y del
amor.
¿Por qué,
entonces, no comprenderé al amor con toda su
tristeza,
con toda su alegría?
¿Por qué,
entonces, no me convertiré en el poeta de los
camaradas?
7
Yo soy el hombre
que cree en las cualidades, en los siglos
y
en las razas.
Yo marcho al
frente del pueblo según su propio espíritu,
He aquí lo que
canto sin restricción alguna.
¡Omnes! ¡Omnes!
¡Qué otros ignoren lo que puedan ignorar!
Yo también hago
el poema del malo, también conmemoro
esa
parte,
Yo mismo soy tan
malo como bueno, y tal es mi nación,
y
digo que, en efecto, nada de malo hay en ello,
(O bien, si hay algo malo, digo también que
esto, para ti,
para
el país, o para mí es tan importante como
cualquier
otra cosa).
Yo, también, voy
en pos de muchos hombres y también
me
siguen muchos hombres, inauguro una religión, Yo
desciendo
a las arenas,
(Es probable que
esté destinado a lanzar los gritos más
fuertes
y las aclamaciones ensordecedoras
del
vencedor).
¿Quién sabe?
Estos gritos pueden aún escapárseme
y
repercutir por sobre todas las cosas.
Nada existe por
sí mismo,
Yo digo que la
tierra entera y todas las estrellas en el cielo
existen
gracias a la religión.
Yo digo que
ningún hombre hasta el presente
ha
sido suficientemente devoto,
Nadie ha adorado
aún lo suficiente,
Nadie ha
comenzado a pensar cuán divino es él mismo, y
cuán
certero es el futuro.
Yo digo que la
real y permanente grandeza de estos
Estados
debe ser su religión.
De otra manera
no hay real y permanente grandeza;
(Ni carácter ni
vida dignos de tal nombre
fuera
de la religión,
Ni país, ni
hombre o mujer sin religión).
8
¿Qué haces tú,
mancebo?
¿Eres tan serio,
tan dedicado estás a la literatura,
a
la ciencia, al arte, a los amores?
¿A estas
ostensibles realidades, políticas e ideales?
¿A tu ambición o
tus negocios, sean cuales fueren?
Está bien:
contra esto yo no digo una palabra, que yo también soy poeta.
Pero, ¡mira!
Todas estas cosas poco subsisten, arrasadas por
la
religión,
Porque no hay
materia más combustible para ese calor
-
impalpable llama, vida esencial de la tierra-,
No hay materia
que se resista al fuego de la religión.
9
¿Qué buscas, tan
pensativo y silencioso?
¿Qué necesitas,
camarada?
Hijo querido,
¿no crees que es el amor?
Escucha, hijo
querido,- Escucha, América, hija o hijo:
Cosa penosa es
el excesivo amor por un hombre o por una
mujer;
pero, no obstante, es grande.
Mas, si existe
otra cosa aún más grande, ella debe coincidir
con
todo,
Y Ella,
magnífica, más allá de las cosas materiales, con sus
manos
asiduas tendrá que abarcar y proveer para todos.
10
Sabe que,
sencillamente, nada más que para dejar caer en
la
tierra los gérmenes de una religión más grandiosa,
Yo entono los
cantos que siguen, cada cual para su especie.
¡Camarada mío!
A fin de que tú
compartas conmigo dos grandezas, y una
tercera
que se eleva, incluyendo las que aún son más
resplandecientes,
La grandeza del
Amor y de la Democracia, y la grandeza
de
la Religión.
Mezcla para mí,
lo invisible y lo visible,
Misterioso
océano en el que los ríos se vacían,
Profético
espíritu de las cosas materiales que alrededor mío
se agitan y
conmueven,
Seres vivientes,
identificados indudablemente con nosotros,
que
nos rodean en el aire, y a los cuales no conocemos,
Contacto diario
y de todas las horas que no quiere
abandonarme
Y al que yo echo
mano cuando las necesidades lo exigen.
No es el que,
desde la infancia, me besa con su cotidiano besar,
No es lo que me
rodea y me abraza,
Lo que a él me
liga.
Ni siquiera lo
que me liga a los cielos y a todo el mundo
espiritual
Después de lo
que ellos me han hecho, inspirándome los
temas.
¡Oh! ¡Qué
temas,- la igualdad! ¡Oh, divino término
medio!
Melodiosos bajo
el sol, penetrando en mí como ahora, o al
mediodía,
o al declinar el día,
Acentos
musicales flotando a través de los siglos, y llegando
ahora
hasta aquí,
Yo me aferro a
vuestros irregulares acordes y composiciones,
los
agrego, y, gozoso, los trasmito a los que
marchan
adelante.
11
Cuando realizaba
yo, en Alabama, mi paseo matinal,
Vi a la hembra
del pájaro-mentiroso echada, en su nido,
entre
las zarzas, empollando.
Yo vi también al
macho,
Yo me detuve
para escucharlo mientras hinchaba su pecho
y
cantaba alegremente.
Y mientras
estaba allí, se me ocurrió que no se hallaba allí
sólo
porque cantaba,
No sólo por su
compañía, ni por él mismo, ni por todo
cuanto
los ecos repetían,
Sino por algo
más sutil, más clandestino, más lejano,
Un precepto
transmitido, un don oculto para aquellos que
van
a nacer.
12
¡Democracia! Muy
cerca de ti hay ahora una garganta que
se
hincha y canta alegremente.
¡Mi mujer! Por
la progenie que está más atrás de nosotros
y
por la que nos sucederá,
Por los que aquí
miran y los que han de venir,
Yo, entusiasmado
de estar listo para ellos, haré brotar ahora
cantos
más fuertes y altivos
como
jamás fueron escuchados sobre la tierra.
Yo compondré el
canto de las pasiones para entonarlo en
el
camino,
Y compondré
vuestras canciones, criminales fuera de ley,
porque
yo os mido con ojos fraternales, y yo os llevo
dentro
de mí como a todos.
Yo compondré el
verdadero poema de los ricos,
A fin de ganar
para el cuerpo y el espíritu todo cuanto
sigue
siendo fiel y avanza, y no está perdido para la
muerte;
Yo desparramaré
el egotismo y lo mostraré en el fondo de
todo,
y seré el bardo de la personalidad,
Y yo mostraré al
hombre y a la mujer que uno y otra no
es
igual al otro.
¡Órganos
sexuales y actos sexuales! concentraos en mí,
porque
resuelto estoy a decirlo con voz valiente y
clara,
a fin de probar que sois gloriosos,
Y demostraré que
no hay imperfecciones en el presente, y
que
no podrá haberlas en el futuro,
Y demostraré que
de todo cuanto a alguno le ocurre pueden
obtenerse
buenos resultados,
Y demostraré que
no puede ocurrir nada más bello que
la
muerte.
Y ensartaré mis
poemas como en un hilo, ya que el tiempo
y
los acontecimientos son coherentes,
Y que todas las
cosas del universo son profundos milagros,
cada
uno más profundo que otro cualquiera.
Yo no compondré
poemas con referencia a las partes.
Pero yo
compondré poemas, canciones, pensamientos, con
referencia
al conjunto,
Y yo no cantaré
lo que se refiere a un solo día, sino lo que
se
refiere a todos los días,
Y no compondré
un poema ni la mínima parte de un poema
que
no haga referencia al alma,
Porque, habiendo
contemplado los objetos del universo,
compruebo
que no hay ninguno, ni la más ínfima parte
de
ninguno, que no tenga referencia con el alma.
13
¿Alguno quiere
ver el alma?
Mira tus formas
y tu rostro, personas, estancias, ganados,
árboles,
arroyos que corren, rocas y arenas.
Todos contienen
regocijos espirituales e inmediatamente
los derraman.
¿Cómo, el cuerpo
real puede morir y ser sepultado?
Tu cuerpo real,
el cuerpo real de todo hombre y de toda
mujer,
Pedazo a pedazo,
el cuerpo escapará de las manos de los
limpiadores
de cadáveres y pasará a las esferas que le
conciernen;
Por
consiguiente, lo que se ha agregado a él
desde
el momento de nacer hasta el instante de la muerte.
No son los
caracteres compuestos por el tipógrafo los que
tienen
conciencia de lo que imprimen, su significado,
su
función concerniente,
Tampoco la
sustancia y la vida de un hombre, o la sustancia
y
la vida de una mujer son conscientes en el cuerpo y
el
alma,
Indiferentemente
antes de la muerte y después de la muerte.
Mira: el cuerpo
incluye el significado y es la significación,
el
motivo principal; incluye el alma y es el alma;
¡Quienquiera que
seas, por más soberbio y divino que sea
tu
cuerpo, y no importa que parte de tu cuerpo!
14
¡Quienquiera que
seas, yo te hago un anuncio infinito!
Hija de este
país, ¿escuchas a tu poeta?
¿Oyes al poeta
de la boca desbordante y la mano imperativa?
Para el macho de
estos Estados, y para la hembra de estos
Estados,
Palabras
ardientes, palabras para la tierra de la Democracia.
¡Tierras
roturadas, productoras de alimentos!
¡Tierras del
carbón y del hierro! ¡Tierras del oro! ¡Tierras
del
algodón, el azúcar y el arroz!
¡Tierras del
trigo, de los novillos, de los cerdos! ¡Tierras
de
las lanas y del cáñamo! ¡Tierras de las pomas y de
las
viñas!
¡Tierras,
llanuras pastorales, campos de pastos del mundo entero!
¡Tierras,
interminables llanuras en las que tan suave es el aire!
¡Tierras de los
rebaños, de los jardines, de la sana casa de adobes!
¡Tierras en las
que el noreste del Columbia forma sus meandros,
y
el Colorado los suyos al sudoeste!
¡Tierras del
Chesapeacke al este! ¡Tierras del Delaware!
¡Tierras del
Ontario, Erie, Huron, Michigan!
¡Tierras de los
Old Thirteen (Viejos Trece Estados)!
¡Tierras de
Massachusetts! ¡Tierras de Vermont y Connecticut!
¡Tierras de las
playas oceánicas, tierras de las sierras y picos!
¡Tierras de los
boteros y marineros, tierras de pescadores!
¡Inextricables
tierras! ¡Estados anudados entre sí!
¡Estados apasionados!
¡Tierras de las
gentes unidas entre sí, de los hermanos mayores
y
de los pequeños, gentes con los miembros huesudos!
¡Tierras de las
mujeres robustas!
¡Tierras
femeninas, con las hermanas que tienen experiencia
y
las pequeñas que no la tienen aún!
¡Tierras en las
que se respira con amplitud,
tonificadas
por el Ártico, aventadas por el golfo de México!
¡Tierras diversas!
¡Tierras compactas!
¡La Pensilvania!
¡Virginia! ¡Doble Carolina!
¡Oh! ¡Vosotras
todas, y cada una de vosotras,
tan
amadas por mí!
¡Mis intrépidas
naciones! ¡Oh! ¡De cualquier manera,
yo
os incluyo a todas en un perfecto amor!
¡Yo no sabría
desprenderme de vosotras; ni más ni menos
de
una que de otra!
¡Oh, muerte!
Pese a todo, todavía tú no me has visto en
este
instante, lleno de amor irresistible,
Recorriendo la
Nueva Inglaterra, amigo, viajero,
Enlodando mis
pies desnudos al borde los rizos estivales,
en
las riberas del Paumanok,
Atravesando las
praderas, viviendo nuevamente en Chicago,
habitante
de todas las ciudades,
Observando los
espectáculos, nacimientos, progresos,
construcciones,
artes,
Escuchando a los
oradores y las oradoras en las salas públicas,
Siendo de los
Estados, recorriéndolos toda la vida
para
tener por vecino mío a cada hombre, a cada mujer,
El de la
Luisiana y el de Georgia, tan próximos, y yo tan
cerca
de él o de ella,
El de
Mississippi y el de Arkansas todavía conmigo, y yo
con
quienquiera de ellos.
Todavía en las
llanuras al oeste del río espinal, todavía en
la
casa de adobes,
Regresando aún
del Este, todavía en el Estado marítimo o
en
Maryland.
Todavía
canadiense que desafía con bravura al invierno,
la
nieve y el hielo que me son bienvenidos,
Todavía
verdadero hijo del Maine o del granítico Estado,
o
del Estado de la Bahía de Narragansett, o del Estado
imperial,
Todavía
navegando al largo para anexar las costas, todavía
acogiendo
a todo hermano nuevo,
Ofrendando aquí
estas hojas de hierba a los nuevos desde
el
instante en que se unen a los antiguos,
Acudiendo yo
mismo entre los nuevos para ser su compañero
y
su igual, llegando yo mismo ahora hasta ti.
Instándote a
unirte para cumplir en mi compañía actos, caracteres, espectáculos.
15
Conmigo y firme
a mi vera, apresúrate ahora, apresúrate
siempre.
¡Durante tu vida
toda, únete a mí!
(Puede que yo
deba persuadirme muchas veces antes de
entregarme
realmente a ti; pero ¿qué importa?
¿Acaso la
naturaleza no necesita persuadirse muchas veces?
Yo no soy un
melindroso dulce y afectuoso,
He arribado
barbudo, tostado por el sol, con el cuello sucio,
repugnante,
He de luchar
conmigo mientras busco la sólida recompensa
del
universo,
Porque así son
los premios que yo doy al que puede perseverar para ganarlos.
16
En mi camino me
detengo un instante,
¡Por ti! ¡Y por
América!
Siempre elevo el
presente, siempre proclamo el venturoso
y
sublime futuro de los Estados,
Y, en cuanto al
pasado, yo proclamo lo que el ave conserva
aún
de los aborígenes rojos.
Los aborígenes
rojos,
Nos dejan como
si fueran nombres los aires naturales, los
ruidos
de la lluvia y del viento, llamados cual los de los
pájaros
y de los animales en los bosques, expresados
en
sílabas,
Okonee, Koosa,
Ottawa, Monongahela, Sauk, Natchez
Chattahooche,
Kaqueta, Oronoco,
Wabash, Miami,
Saginaw, Chippewa, Oshkosh, WallaWalla,
Dejándolos a los
Estados Unidos, ellos se borran, cargando
de
nombres el agua y la tierra.
17
Expandiéndose y
veloces, de aquí en adelante,
Elementos,
progenitores, acoplamientos levantiscos, vivos
y
audaces.
Mundo otra vez
primitivo, perspectivas de esplendor incesante y ramificado,
Nueva raza
dominadora de las razas anteriores y mucho
más
grandiosa, con nuevas luchas,
Nuevas
políticas, nuevas literaturas y religiones, nuevas
invenciones
y artes,
A éstas, mi voz
las anuncia:- Yo ya no dormiré más, me
levantaré,
¡Vosotros,
océanos que en mí habéis encontrado la calma!
¡Qué insondables
os sentís, agitados, preparando oleajes
y
tempestades como jamás se vieron!
18
Ved los vapores
navegando a través de mis poemas,
Ved en mis
poemas los inmigrantes que de continuo
arriban
y desembarcan,
Ved hacia atrás,
el wigwan, la huella, la choza del cazador,
la
embarcación de cabotaje, la hoja de maíz, la concesión,
el
rústico cercado y la aldea entre los bosques,
Ved hacia un
costado el mar del Oeste y al otro costado el
mar
del Este, cómo avanzan y se alojan
sobre
mis poemas cual si fuera sobre sus playas,
Ved en mis
poemas las praderas y los bosques,
Ved las bestias
salvajes y las domesticadas,
Ved, más allá
del Kaw, los innúmeros rebaños de búfalos
nutriéndose
con las hierbas cortas y crespas,
Ved en mis
poemas las sólidas ciudades, vastas,
en
el interior del continente, con las calles pavimentadas,
los
edificios de hierro y piedra, los vehículos que transitan
sin
cesar, y el comercio.
Ved la máquina
impresora con sus múltiples cilindros, el
telégrafo
eléctrico que se extiende a través del continente,
Ved a través de
las profundidades del Atlántico,
las
pulsaciones de América llegando a Europa,
las
pulsaciones de Europa que, a su vez, le responden.
Ved la
locomotora potente y veloz que parte, anhelante,
dando
escape al vapor de su silbato,
Ved los
labriegos en las granjas, ved los mineros excavando
las
minas, ved las innúmeras usinas,
Ved los
artesanos con sus útiles, ante sus bancos, ved que
emergen
de entre ellos los jueces supremos,
los
filósofos, los presidentes, vestidos con sus ropas de trabajo,
Y, vagabundo, a
través de los campos y de las tiendas de
los
Estados, vedme a mí, de todos amado, noche y día
abrazado.
Escuchad allá el
eco sonoro de mis canciones,
Leed las sugestiones
que finalmente os hago.
19
¡Oh, camarada
que estás a mi lado! ¡Oh, tú y yo, y nadie
más
que nosotros dos!
¡Oh! ¡Una
palabra para despejar definitivamente
el
sendero que tenemos ante nosotros!
¡Oh! ¡Cosa
extática e indemostrable! ¡Oh, música formidable!
¡Oh! ¡La mano en
la mano! ¡Oh, el saludable placer!
¡Oh! ¡Todavía un
hombre que desee y que ame!
¡Oh!
¡Apresurarse, sosteniéndose uno al otro con firmeza!
¡Apresurarse,
apresurarse en mi compañía!
(1860-1881)
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