de Diario de Muerte.
Todavía
aleteo
con
el pescuezo torcido y las alas en desorden
no
se congreguen a mi alrededor como si yo fuera en su restaurant
El
pirata suizo
Hay
manos que me torturan al hacerme una atención
hay
bocas que repiten su disco grabado en la tierra
Hay
pies a partir de los cuales se alzan figuras aterradoras
Déjenme
acabarme en mi ley
no
en la de les hommes des équipages.
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