Traducido por Ernesto
Cardenal
Los
que leéis macabras historias de Edipo y Tiestes,
y
Cólquidas, y Escilas, y sólo cuentos de horror:
¿qué
interés encontráis en el rapto de Hilas,
o
en Partenópeo, o Atis, o el Durmiente Endimión,
o
Hermafrodita indiferente al Agua enamorada?
¿por
qué gozáis con viejas chismografías mitológicas?
Leed
esto que la Vida
puede reclamar como suyo.
Aquí
no hay ni Centauros, ni Gorgonas, ni Harpías.
Mi
poesía está hecha de seres humanos.
¡Pero
tú no quieres conocer la vida, Mamurra,
ni
conocerte a ti. Lee los Orígenes de
Calímaco!
***
“¿Cómo
explico que los vivos no tengan fama
y
pocos lectores amen su propio tiempo?”
Es
ya costumbre tradicional de la envidia, Régulo:
preferir
siempre los antiguos a los actuales.
Preguntamos
por la sombría columnata de Pompeyo.
Los
viejos suspiran por sus templos ruinosos.
Lees
a Ennio, oh Roma, y ahí anda vivo el Virgilio;
sus
contemporáneos se rieron de Homero;
pocas
veces los teatros aplaudieron a Menandro;
a
Ovidio solamente lo conoció su Corina.
Sin
embargo, no tengáis prisa, mis libritos:
si
la fama viene con la muerte, no me apresuro.
***
“Cinco
libros son bastante, y seis o siete
demasiado
¿no te parece, mi musita loca?
Más
fama de la que tengo ya no puedo tener.
Mis
gastadas ediciones están en todas partes.
Y
cuando ya no exista el mausoleo de Messala,
y
los mármoles de Licinio sean polvo,
labios
me leerán, y extranjeros que no conozco
traducirán
estos versos en su patria”.
Dije
–y la novena hermanita de las musas,
Talía,
la musa del epigrama, me contestó:
“¿Quieres
renunciar, tonto, a la frivolidad?
¿En
qué otra cosa mejor ocuparás tu ocio?
¿Deseas
cambiar por coturnos tus zapatos,
o
cantar a la Guerra
en sonoros hexámetros
para
que te dicte en clase un profesor pedante
y
aburras a la adolescente alta y al muchacho?
Deja
esos temas a los poetas pesados y clásicos
encorvados
hasta medianoche bajo su lámpara.
Pero
tú escribe con humor tu poesía romana,
y
que la Vida se
encuentre retratada en ella.
Porque
no importa cantar con una débil flauta
si
esa flauta se impone a las trompetas
de
muchos”.
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