viernes, 2 de diciembre de 2011

Pablo de Rokha - Todos los caminos.



Pablo de Rokha, seudónimo de Carlos Díaz Loyola, nació en Licantén, localidad de la VII región, un 17 de octubre de 1894 y se suicidó en Santiago, el 10 de diciembre de 1968, después de una vida turbulenta y trágica como su propia obra. Sus primeros años transcurrieron, en su mayor parte, en la zona central, donde acompañó a su padre, José Ignacio Díaz, en variados y esporádicos trabajos, entre otros, administrador de fundos o jefe de aduanas y de límites cordilleranos. De esta manera se forjó el poeta que produjo una de las obras más rupturistas y polémicas de las vanguardias latinoamericanas de comienzos del siglo XX.
Su juventud fue conflictiva y rebelde, siempre en contradicción con el conservadurismo cultural y político de su región natal. Sufrió el rechazo de sus educadores, tanto en la Escuela Pública N° 3 de Talca, como en el Seminario Conciliar de San Pelayo, del que fue expulsado por leer y compartir con sus compañeros -quienes lo apodaban el Amigo Piedra-, libros considerados de autores blasfemos, como Nietzsche, Rabelais o Voltaire. Esta expulsión fue la oportunidad para que el poeta emigrara a Santiago y trabara amistad y relación con otros intelectuales vanguardistas de la época, como Pedro Sienna -también cineasta-, Ángel Cruchaga Santa María y Vicente Huidobro, entre otros.
En 1920, ya dirigía la revista Numen y publicó en Claridad su obra “El folletín del Diablo”, al que le precede un extenso poema paródico titulado “Sátira”. Posteriormente fundó su propia editorial: Multitud. Pablo de Rokha participó del movimiento anarquista y también se sumergió en la lectura de los “malditos”, sobre todo Friedrich Nietzsche en filosofía, Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y el Conde de Lautréamont en poesía. Pero jamás se alejó de su muy particular “chilenidad”.
En una época convulsa, Pablo de Rokha produjo también una poesía similar, en la que se entretejen el optimismo revolucionario, la protesta social, el amor desgarrado por la muerte de su mujer Winett de Rokha -en su texto Fuego negro- y la incorporación de elementos propios de la modernidad de los que se apropia la vanguardia, como los tranvías, el automóvil, el telégrafo sin hilos, etc. Pero siempre en un contexto que busca incorporar lo nuevo a las raíces propias de lo chileno, en obras tales como Los gemidos, Mundo a mundo, Escritura de Raimundo Contreras, Morfología del espanto, Epopeya de las bebidas y comidas de Chile y Canto al macho anciano. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1965 por una obra siempre fiel a su visión de mundo: anárquica y contestataria, rupturista y polémica.
En 1969, un año después de su muerte, se publica Mis grandes poemas: antología, que amplía la primera recopilación poética del autor, Pablo de Rokha. Antología: 1916-1953, publicada en 1954.
(Extraído de Memoria Chilena)

Todos los caminos 

(Extraído de Escritura de Raimundo Contreras, 1929)




entra pisando niebla / tocando tambores de piel de fantasma / sonando y tronando / enriqueciendo lo imaginario / con aquella tal hechura de castaño nublado / cargado de pól­vora y sol / Raimundo
apenas le cuelga el poema / mismamente que la enfermedad a los terrenos
arrastra la creencia muerta / rodeando a una escuadra de velámenes americanos / y el dios podrido del triste / le envuelve en hu­maredas de difuntos / ese tremendo traje de laureles derrotados
huele a duraznos artificiales / esqueleto de naftalina / parecido a la muñeca muerta de los manicomios
viejos gansos rojos / echan a volar desde la cruz / emigran en situación de banderas difíciles / arbolando los extenuados ocasos / entonces y / además / tiene toda la vida metida adentro del sexo / ¡ oh! / adentro del sexo de todas las mujeres / él / Raimundo Contreras / como una dual lengua crecida / que anda lamiendo el suceder de ese pez alegre / incandescente / entremedio / mojada la cara en jugos de frutas grandemente negras / como quebrándose huevos de tinta azul en la espada indominada / o como pasado a co­sas viscosas / redondas / en redondez de vi­nos en desnudez que se repite de alegría in­combustible
alguien / desde antes de la infancia / le llama llorando: ¡ Raimundo!... / él se respon­de / él le responde a la mujer desaparecida / quebrando los actos en razones / con heliotropos llovidos / despertándose / agarrándose a las tinajas del instinto
va gimiendo / adentro de su actitud de mujeres abiertas / mordiendo y oliendo sombras / que parecen / que le parecen grandes matas de plátanos de obscuridad / acorralado de terrores genitales / semejante a aque­llos a quienes les crece una uva única y enorme / demorosa / más solapada que reloj de ladrón / y les traslada la energía desproporcionándolos / haciéndoles un órgano / rama de viento / que se retuerce / arran­cándose del vacío
vigila su condición / Contreras / su corazón rural como un huevo de perdiz / con miedo eterno
es una especie de canto de gallo amarillo / en día lluvioso / o de quejido de paloma de cementerio / o de lamento de enfermos / pero de bastantes / bastantes enfermos / ese que él expele y le envuelve / apartándole / encerrándole / aislándole e independizándole a heridas
digamos que deviene cargado con pensamiento / con un pozo o con un hoyo / cargado con la ausencia de la carga / y / eso es infame / cargado con abismos metafísicos / con religión caída / fe hedionda a tumba abstracta / con libertad / con soledad muy errante / que abre ciudades / cortadas a pico / de espanto en espanto / horizontes verticales y lamentables / que zanjan tanta situación a cuchillo / y / no obstante / oscilan como antenas
continúa la huasa amarga / que lo dejó cubierto de mujer / dolorido y pegajoso de mujer / empapado de mujer / e inmensa­mente atónito / enfermo a ombligo / a inti­midad / a sobaco / al pobre Raimundo Con­treras / que amanece desflorido / que ama­nece deshojado / solo / entre las rosas manchadas
Corina González / rajada / culo de po­tranca azul / con los pechazos libres / cimbrando carcajadas de material caliente / co­mo dos insultos o dos zapallos de substancia tremenda / y / un sexo pujante y oceánico / que arrastra / retrotrayendo bielas de suplicio / a horcajadas encima de Raimundo / hilando sus ganas / enajenándolo aún a setenta leguas / con tanta evidente forma turbia / montada en Raimundo / tendida en Raimundo / desde los lenocinios talquinos / atornillándole la belleza desaforada de la inmundicia / besándolo y manchándolo / en la orgía de llanto
ahora un onanismo / que embriaga co­mo los cigarros malos / tiritándolo y estucándolo de borrachera / borrachera de cuba de vino / volcada en incendios de ciruelos nue­vos
niña rubia / rima de lluvia de los poetas románticos / que confunde al cazador entre los guairabos / al domador de bestias alegres / al joven soberbio y moreno / cabeza de po­tro / que nada cantando / a la siga de las felices truchas / y / le entrega la ceniza de los primeros libros / un color funeral de choclo muy maduro o diario muy antiguo
trenzas de colegio / en oración de madre­selvas provincianas / marchita la vecina de Raimundo / y piernas gruesas de tonta
sin embargo / la chiquilla a pata pelada / meando los naranjos del conventillo / pu­chas que levanta entusiasmado a Raimundo Contreras / en ese entonces enladrillado co­mo con ópalos de historia de bandido
porque las noches de Raimundo / no se estiran encima de los cuatro silencios / parecidas a inmensas yeguas / nó / echan agua negra / enervándolo / dominándolo / ahogándolo
ahora / él quiere situarse / existir haciendo palanca del hecho y del sueño / obrar en dirección / e iguales a guindas maduras / se le pudren los actos / se le pierden los gestos copiosos / quiere todo viaje / agarra la posibilidad de todos los prólogos / toma todas las fórmulas / y se le abre la mano ardiente / como cacho de granada
crece un ateo en la ansiedad / forma de vidrio de grandes cristales pálidos / que ascienden desde la llaga / y antiguos acordeo­nes le enternecen el porvenir
o anda brillante / a topadas / rodeado de locura / mordiendo tics funestos / adentro de La Capital / desenfadado aeroplano de artista / hiriendo otoños pintados de prostitutas / todo solo

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