miércoles, 27 de agosto de 2014

Enrique Lihn - Reconstitución del discurso de un divulgador olvidado.



Quién puede decir que la naturaleza sea justa

o que exista en ella el diseño de una finalidad

las aves migratorias llegan, en minoría, a los parajes de salvación

el derrotero no se los marca el instinto

millones y millones mueren al internarse mar adentro, caen como lluvia

extenuadas al abismo

Entre los hombres no existe la justicia

ni en su naturaleza

el deseo de que exista hace el dolor de muchos

mueren jóvenes los grandes talentos

viven hasta la saciedad multitudes de bobos

A la buena madre le mata un auto a su único hijo

a la mala le brotan los suyos por manadas

El hombre capaz ve ascender hasta las nubes a los incapaces

mientras él se ve forzado a trabajar en la oscuridad

El presidente de un país cualquiera es un imbécil

y el poeta que aparece en los titulares de prensa

Los comunicadores dirigen al mundo

eligen un producto y un nombre y lo clavan

en el inconsciente colectivo

hasta que todos lo nombran y consumen.

sábado, 23 de agosto de 2014

George Bataille - Lo Arcangélico.


Lo Arcangélico

La Tumba
I

Inmensidad criminal
agrietada vasija de la inmensidad
ruina sin limites

inmensidad que me abruma blanda
yo, blando
el universo es culpable

la locura alada mi locura
desgarra la inmensidad
y la inmensidad me desgarra

estoy solo
ciegos leerán estas líneas
en interminables túneles

caigo en la inmensidad
que cae dentro de sí
más negra es que mi muerte

negro es el sol
la belleza de un ser es el fondo de las cavernas un grito
de la noche definitiva

lo que ama en la luz
el escalofrío que la hiela
es el deseo de la noche

miento
y queda clavado el universo
en mis mentiras dementes

la inmensidad
y yo
nos descubrimos uno a otro nuestras mentiras

la verdad muere
y grito
que la verdad miente

mi cabeza azucarada
que agota la fiebre
es el suicido de la verdad

el no-amor es la verdad
y todo miente en la ausencia de amor
nada existe que no mienta

comparado al no-amor
el amor es cobarde
y no ama

el amor es parodia del no-amor
parodia la verdad de la mentira
el universo un suicidio alegre

en el no-amor
la inmensidad cae dentro de sí
sin saber qué hacer

todo está en paz para otros
los mundos giran majestuosos
con monótona calma

está en mí el universo como en sí mismo
ya nada de él me separa
me enfrento con él dentro de mí

en el calmo infinito
al que las leyes lo encadenan
se desliza hacia lo imposible inmensamente

horror
de un mundo que gira sobre su eje
el objeto del deseo está más allá

la gloria del hombre consiste
por grande que sea
en desear otra

estoy
está conmigo el mundo
expulsado fuera de lo posible

no soy sino la risa
y la noche pueril
donde cae la inmensidad

soy el muerto
el ciego
la sombra sin aire

como los ríos en la mar
sin cesar ruido y luz
en mí se pierden

soy el padre
y la tumba
del cielo


el exceso de tinieblas
es el fulgor de la estrella
el frío de la fosa un dado

la muerte echó los dados
y la profundidad de los cielos exulta
por la noche que sobre mí se desploma

II

El tiempo me oprime caigo
y me deslizo de rodillas
palpan la noche mis manos

adiós arroyos de luz
no me queda más que las sombras
los posos la sangre

espero la campanada
por donde lanzando un grito
me adentraré en las sombras

III

Un lento pie desnudo sobre mi boca
un lento pie contra el corazón
eres mi sed mi fiebre

pie de whisky
pie de vino
pie loco de subyugar

oh fusta mía dolor mío
talón que de tan alto me sojuzga
lloro porque no muero

oh sed
insaciable sed
desierto sin salida

súbita borrasca de muerte en la que grito
ciego de rodillas
y vacías las órbitas

corredor donde me río de una noche sin sentido
corredor donde me río entre portazos
en el que una flecha adoro

y rompo en sollozos
el cornetazo de la muerte
muge en oído

IV

Más allá de mí muerte
un día
la tierra gira en el cielo

estoy muerto
y las tinieblas
sin cesar se alternan con el día

cerrado está para mí el universo
en él permanezco ciego
semejante a la nada


la nada no es sino yo mismo
el universo no es sino mi tumba
el sol no es sino la muerte

mis ojos son el ciego rayo
mi corazón es el cielo
donde estalla la tormenta

en mí mismo
al fondo de un abismo
el universo inmenso es la muerte


soy la fiebre
el deseo
soy la sed

el gozo que despoja del vestido
y el vino que hace reírse
de no estar ya vestido


en una copa de ginebra
una noche de fiesta
las estrellas caen del cielo

trago el rayo a largos sorbos
voy a reírme a carcajadas
con el rayo en el corazón

La Aurora

Escupe sangre
es el rocío
la espada que me dará muerte

desde el brocal del pozo
mira el cielo estrellado
posee la transparencia de las lágrimas


Te encuentro en la estrella
te encuentro en la muerte
eres el hielo de mi boca
tienes el olor de una muerta

tus senos se abren como la cerveza
y me sonríen desde el más allá
deliran tus dos largos muslos
desnudo es tu vientre como un estertor

eres bella como el miedo
estás loca como una muerta.

Innombrable es la desdicha
el corazón una mueca

lo que da vueltas en la leche
la risa de loca de la muerte

Ha salido una estrella
eres soy el vacío

ha salido una estrella
dolorosa como el corazón

reluciente como una lagrima
silbas es la muerte
la estrella cubre el cielo
dolorosa como una lágrima

sé que no me amas
pero la estrella que sale
cortante como la muerte
agota y retuerce el corazón

Estoy maldito he aquí a mi madre
qué larga es esta noche
mi larga noche sin lágrimas

noche avara de amor
oh roto corazón de piedra
infierno de mi boca de ceniza

eres la muerte de las lágrimas
maldita seas
mi corazón maldito mis ojos enfermos te buscan

eres el vacío y la ceniza
pájaro sin cabeza cuyas alas la noche golpean
el universo está hecho de tu escasa esperanza

el universo es tu corazón enfermo y el mío
latiendo hasta rozar la muerte
en el cementerio de la esperanza
mi dolor es la dicha
y la ceniza el fuego


Diente de odio
estás maldita
quien está maldita habrá de pagar

pagarás tu parte de odio
el horrible sol morderás
quien está maldito muerde el cielo

conmigo desgarrarás
tu corazón amado por el espanto
tu ser estrangulado de tedio

eres la amiga del sol
no hay para ti descanso
tu cansancio es mi locura

Boñiga en la cabeza
estallo odio el cielo
quién soy yo para escupir las nubes
amargo es ser inmenso
mis ojos son gruesos cerdos
mi corazón tinta negra
mi sexo es un sol muerto

las estrellas caídas en una fosa sin fondo
lloro y mi lengua fluye
poco importa que la inmensidad sea redonda
y ruede en un cesto de sonido
amo la muerte la convido
en la carnicería de Saint-Pére.

Negra muerte mi pan eres
te como en el corazón
es el espanto mi dicha
la locura llevo en mi mano.

Anudar la cuerda del ahorcado
con los dientes de un caballo muerto.


Suavidad del agua
rabia del viento

carcajada de la estrella
mañana soleada

nada importa que yo no sueñe
nada importa que yo no grite

más lejos que las lágrimas la muerte
más arriba que lo hondo del cielo

en el espacio de tus senos.

Límpido de pies a cabeza
frágil como la aurora
el viento ha roto el corazón
en la dureza de la angustia
la noche negra es una iglesia
donde se degüella un puerco

temblorosa de pies a cabeza
frágil como la muerte
agonía de mi amada hermana

eres más fría que la tierra.

Reconocerás la dicha
al verla morir

tu sueño y tu ausencia
acompañan en la tumba.

Eres el latido del corazón
que escucho bajo mis costillas
y el aliento suspenso.

Mis sollozos en tus rodillas
quebrantaré la noche

sombra de alas en un campo
mi corazón de niño perdido.

Hermana mía riente eres la muerte
desfallece el corazón eres la muerte
entre mis brazos la muerte

hemos bebido eres la muerte
como el viento eres la muerte
como el rayo eres la muerte

la muerte ríe la muerte es la alegría

Sólo tú eres mi vida
sollozos perdidos
me separan de la muerte
te veo tras las lágrimas
y adivino mi muerte

si no amase la muerte
el dolor
y desearte
me matarían

tu ausencia
tu infortunio
me dan náuseas
tiempo para mí de amar la muerte
tiempo de morderle las manos.

Amar es agonizar
amar es amar morir
los monos hieden al morir

mucho desearía mi muerte
soy demasiado blando para eso
muy cansado estoy

te amo tanto como un chiflado
me río de mí mismo asno de tinta
que rebuzna a los astros del cielo

desnuda te reías a carcajadas
gigantesca bajo el baldaquino
me arrastro para dejar de existir

deseo morir por ti
quisiera aniquilarme
en tus caprichos enfermizos.

El Vacío

Llamas nos rodearon
bajo nuestros pasos se abrió el abismo
un silencio de leche de hielo de huesos
nos envolvía con un halo

eres la transfigurada
mi destino te ha roto los dientes
tu corazón es un hipo
tus uñas han hallado el vacío

hablas como la risa
los vientos alisan tu cabello
la angustia que el corazón oprime
precipita tu burla

tus manos tras mi cabeza
no agarran sino la muerte
tus besos rientes no se abren
sino a mi pobreza de infierno

bajo el baldaquino sórdido
del que penden los murciélagos
tu maravillosa desnudez
no es más que una mentira sin lágrimas

mi grito te llama en el desierto
al que no quieres venir
mi grito te llama en el desierto
en el que se cumplirán tus sueños

tu boca sellada a mi boca
y tu lengua en mis dientes
la inmensa muerte te acogerá
caerá la inmensa noche

entonces habré hecho el vacío
en tu cabeza abandonada
tu ausencia estará desnuda
como una pierna sin medias

esperando el desastre
en que se extinguirá la luz
seré yo suave en tu corazón
como el frío de la muerte.

jueves, 21 de agosto de 2014

Gonzalo Rojas - Carbón.


Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir
mi Lebu en dos mitades de fragancia, lo escucho,
lo huelo, lo acaricio, lo recorro en un beso de niño como entonces,
cuando el viento y la lluvia me mecían, lo siento
como una arteria más entre mis sienes y mi almohada.

Es él. Está lloviendo.
Es él. Mi padre viene mojado. Es un olor
a caballo mojado. Es Juan Antonio
Rojas sobre un caballo atravesando un río.
No hay novedad. La noche torrencial se derrumba
como mina inundada, y un rayo la estremece.

Madre, ya va a llegar: abramos el portón,
dame esa luz, yo quiero recibirlo
antes que mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de vino
para que se reponga, y me estreche en un beso,
y me clave las púas de su barba.

Ahí viene el hombre, ahí viene
embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso
contra la explotación, muerto de hambre, allí viene
debajo de su poncho de Castilla.

Ah, minero inmortal, ésta es tu casa
de roble, que tú mismo construiste. Adelante:
te he venido a esperar, yo soy el séptimo
de tus hijos. No importa
que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años,
que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto,
porque tú y ella estáis multiplicados. No
importa que la noche nos haya sido negra
por igual a los dos.
Pasa, no estés ahí
mirándome, sin verme, debajo de la lluvia.

Juan Luis Martínez - Carta Poema a Joseph Delteil.


Los pequeños puntos y los grandes ángulos
aquellos que atraviesan sobre nuestros cuerpos como por un puente
aquellos que visten como para el catafalco
y despiden olor de sepultados.

Qué saben ellos de la vida sin esperanza
agobiada en las cavernas subterráneas
¡oh catacumbas de ciudades de bronce!
y tan fútil esta existencia bajo las caparazones fangosas
que los días les han forjado
y tan mal hechas para la miseria culpable
y tan lejos de los mordaces estallidos de la risa.

Qué saben de esta atroz alienación
que nos clava como banderillas.

Respóndeles Joseph Delteil
diles cómo era preciso haber conocido
el grado cero de la angustia
para, enseguida, dejarse llevar
por el éxtasis sin fronteras
nacido de las fábricas del espíritu.

La cerveza hace eructar
como los poemas de los vagabundos de la escritura
desencadenan los ladridos de los perros vigilantes
de la Crítica A Cordas,
meados y gelatinosos Kirittiks
(Daumal volverá un día y ése será
el festín de los muslos de críticos
que escupen lágrimas diamantinas o palabras gangrenadas).
El poeta no oye nada de nada
él ha enredado las ondas de su memoria
ha perdido el sentido innato de las palabras-rebanadas con dulce de membrillo
él no percibe ya el estrépito indigesto de los rugidos
y los pedos asmáticos de hombres-estiletes biliosos.

Joseph Delteil, somos la única e incisiva generación,
aquella que el tiempo no embota
y que por otra parte, no es temporal
de la cual ya nadie oirá hablar
con la MUERTE DE LOS POETAS
y el gran sacrificio expiatorio es inmediato
puesto que el mundo ha decretado que, que, que
¡qué fastidio oír bramar otros animales que no sean ciervos!

Fatigado y triste universo
e infinitamente indiferente
como sólo saben serlo aquellos que de tanto nutrirse
han caído en somnolencia execrable,
Cerebros ahítos de bocadillos secos con la aprobación
de las ligas de la Virtud exacerbada y del Caballo Blanco
devorados por la prosperidad de boca balbuceante
Vos Cortex
¡Oh, cenizas anubarradas de los ojos de los hombres!

Y estoy para siempre aniquilado
y podrido de confusión
y ya no quiero ser aliviado
y no cambiaré nunca.
¡Sí!, odio en lo humano aquello que me recuerda a la bestia
y aquel que es incapaz de mostrar odio
es un extranjero del amor
y azotarse la cabeza contra los muros
nada resuelve
porque los muros tienen otros gatos para fustigar

y que evidentemente, amamantar (¿malentendido?)
y desde luego, mi necesidad de amor vertical
mas, me rehúso a respirar allí donde ellos aspiran
el aire húmedo que corrompe las gargantas
y sin embargo sí, cedo
mis pulmones que nada comprenden
de mis razones paralelas
razón, crac crac, razón crac crac

y apretar los dientes, no basta
y derramar lágrimas de acero
en los abismos luminosos de mis mejillas
ya no me hace sufrir
sino reír como caimán
puesto que ya no soy un niñito-frágil-frágil
sino, un hombre de pelo en pecho
oh, grande
oh, saco voluminoso, huesos viejos
veintiún, para ser preciso
y en efecto he dicho todo
y ya no sé qué era lo que tenía que decirte J.L. Martínez
pero poco importa, puesto que somos locos
sin haber perdido la razón (Emmanuel-que-viste-la-nada)
y pronunciar la palabra mierda con
la boca fruncida
no es desalentador para el cordero enfermo
que bala bajo mis cabellos,
que las definiciones parcelarias del mal-explosión
de los doctos de pompas de jabón
no lo son para la conciencia-crisol
en donde el ser esencialmente vaporoso e integral
se proclama su depositario
ya que, quien busca su lenguaje personal
se compromete con un camino en que los esputadores no faltan
donde los espejos no reflejan a menudo más que escrotos
donde el marfil de las nubes no es más que un espejismo
por otra parte como todo el resto
y entonces, qué resto

y sobre todo, sobre la nieve de mi grito
derramando soledades
nos deslizamos Joseph, nos deslizamos
para aceptar eso no tengo suficiente testículo
y empacarlo.
¡A mí, Rimbaud!

Gonzalo Rojas - Al Silencio.


Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.