viernes, 26 de junio de 2015

Jesús Lizano - Las Ratas.


Las ratas,
insidiosas, peludas,
voraces, ingratas,
innumerables, puntiagudas,
alucinantes, piratas,
escurridizas, zancudas,
por los rincones, por las escalinatas,
cataratas de ratas,
expectantes y mudas,
selva de dientes, de patas,
enormes, menudas,
mortificantes, peliagudas,
a saltos, a gatas,
agobiantes, cornudas,
lúgubres, insensatas...
Las ratas:
¡las dudas!

jueves, 18 de junio de 2015

D. H. Lawrence - Democracia.


Soy demócrata cuando amo el sol libre que encuentro en
Los hombres,
y aristócrata cuando detesto a los posesivos, a los
de entrañas mezquinas.

En todo hombre amo el sol
cuando lo veo entre sus cejas,
claro, sin temor, aun pequeño.

Pero cuando veo esos grisáceos hombres de éxito
tan pestilentes y cadavéricos, absolutamente sin sol,
como groseros esclavos de la prosperidad,
balanceándose mecánicamente,
entonces soy más que radical, y quiero manejar una guillotina.

Y cuando veo obreros,
pálidos y sórdidos como insectos, hormigueando
y viviendo como piojos por un poco de dinero,
y no mirando nunca hacia arriba,
entonces quisiera como Tiberio,
que la muchedumbre tuviera una sola cabeza
para podérsela hachar.

Siento que cuando los hombres pierden el sol
no deben existir más.

César Moro - La vida escandalosa de César Moro.


Dispérsame en la lluvia o en la humareda de las torrentes que pasan
Al margen de la noche en que nos vemos tras el correr de nubes
Que se muestran a los ojos de los amantes que salen
De sus poderosos castillos de torres de sangre y de hielo
Teñir el hielo rasgar el salto de tardíos regresos

Mi amigo el rey me acerca al lado de su tumba real y real
Donde Wagner hace la guardia a la puerta con la fidelidad
Del can royendo el hueso de la gloria
Mientras lluvias intermitentes y divinamente funestas
Corroen el peinado de tranvía aéreo de los hipocampos relapsos
Y homicidas transitando la terraza sublime de las pariciones
En el bosque solemne carnívoro y bituminoso
Donde los raros pasantes se embriagan los ojos abiertos
Debajo de grandes catapultas y cabezas elefantinas de carneros
Suspendidos según el gusto de Babilonia o del Transtévere
El río que corona tu aparición terrestre saliendo de madre
Se precipita furioso como un rayo sobre los vestigios del día
Falaz hacinamiento de medallas de esponjas de arcabuces
Un toro alado de significativa alegría muerde el seno o cúpula
De un templo que emerge en la luz afrentosa del día en medio de las ramas
podridas y leves de la hecatombe forestal

Dispérsame en el vuelo de los caballos migratorios
En el aluvión de escorias coronando el volcán longevo del día
En la visión aterradora que persigue al hombre al acercarse la hora entre
todas pasmosa del mediodía
Cuando las bailarinas hirvientes están a punto de ser decapitadas
Y el hombre palidece en la sospecha pavorosa de la aparición definitiva
trayendo entre los dientes el oráculo legible como sigue:

Una navaja sobre un caldero atraviesa un cepillo de cerdas de dimen-
sión ultrasensible; a la proximidad del día las cerdas se alargan hasta
tocar el crepúsculo; cuando la noche se acerca las cerdas se trans-
forman en una lechería de apariencia modesta y campesina. Sobre la
navaja vuela un halcón devorando un enigma en forma de condensa-
ción de vapor; a veces es un cesto colmado de ojos de animales y de
cartas de amor llenas con una sola letra; otras veces un perro
laborioso devora una cabaña iluminada por dentro. La obscuridad
envolvente puede interpretarse como una ausencia de pensamiento
provocada por la proximidad invisible de un estanque subterráneo
habitado por tortugas de primera magnitud.

El viento se levanta sobre la tumba real
Luis II de Baviera despierta entre los escombros del mundo
Y sale a visitarme trayendo a través del bosque circundante
Un tigre moribundo
Los árboles vuelan a ser semillas y el bosque desaparece
Y se cubre de niebla rastrera
Miríadas de insectos ahora en libertad ensordecen el aire
Al paso de los dos más hermosos tigres del mundo

Taneda Santoka


por Roberto Gárate

La poesía de Taneda Santoka (1882 – 1940) es una experiencia de síntesis entre biografía y escritura. Descendiente de una familia de terratenientes empobrecidos, conoció tempranamente la decadencia y la soledad, mismas que habrían de acompañarle, más tarde (ya en su madurez) en sus viajes (o peregrinaciones) como Bonzo mendicante por Japón.

Es el propio Santoka quien traza el mejor lineamiento de su biografía. Anota en su diario (Gochuan): “Si escribiese una autobiografía tendría que comenzar de este modo: Los infortunios de mi familia comenzaron con el suicidio de mi madre”. Es la muerte de su madre cuando el poeta contaba 11 años, el gran acontecimiento de su vida, tal vez el único que Santoka llego a considerar de importancia.

Vida

Taneda Santoka nació el 3 de diciembre de 1882 en el pequeño pueblo de Nishisaware (actualmente Hofu) en la prefectura Yamaguchi (SO de Honshu, la isla principal de Japón). Su nombre de nacimiento fue Taneda Shouichi, siendo el mayor de 4 hermanos. La de Santoka era una familia de pequeños terratenientes, empobrecidos a causa de los malos manejos de Takejirô, el padre del poeta. El suicidio de la madre, ocurrido en 1893, sólo sería la primera –como lo refiere en su diario– de múltiples tragedias que azotarían en lo sucesivo la historia familiar de los Shouichi: cansada de la vida disipada y de las infidelidades de su esposo, la madre del poeta se arroja al pozo de agua de la residencia familiar. Años más tarde, Santoka escribiría en su diario: “Mi madre no puede ser culpada. Nadie puede serlo. Si se ha de culpar a alguien, se tiene que culpar a todos. Es la condición humana a la que se tiene que culpar. Oh mi madre! que recuerdo”. El niño Taneda Shouichi queda, a partir del suicidio de su madre, al cuidado de su abuela. En 1902 abandona la casa paterna para dirigirse a estudiar literatura en la Universidad Waseda de Tokio. Sin embargo, Santoka no progresa en sus estudios: la persistente melancolía que lo acompaña desde la muerte de su madre y sus incipientes problemas con el alcohol (tal vez herencia paterna) lo obligan a abandonar Waseda, dos años más tarde, tras un colapso nervioso, como quedó consignado en los archivos de la institución. La vida familiar continua, para el poeta, sin asentarse. En 1909, el padre de Taneda arregla su matrimonio con una muchacha de Nishisaware, Sakino Sato. De esta unión nacería, un año más tarde, Ken, hijo del poeta. La vida matrimonial y las relaciones con su esposa le resultan insoportables. Confesará en su diario que la imagen del cuerpo de su madre siendo extraído del pozo, tras su suicidio, le perseguiría para siempre en sus relaciones con las mujeres. Es en esta época, en la que Santoka inicia sus primeros trabajos literarios: publica, en 1911, una serie de traducciones de Turgenev y Maupassant en la revista literaria Seinen (Juventud). Ese mismo año, ingresa a su primera cofradía literaria, integrándose, en 1913, al grupo de poetas Ogihaara Seiwensui, estudiosos de la tradición del haiku y de los haijin, Masaoka Shiki y Kawahigashi Hekigoto. El grupo se caracteriza por sus exploraciones formales respecto a la estructura silábica del Haiku (un terceto único estructurado silábicamente 5 / 7 / 5); experimentando con las formas libres (shinkeikô) y prescindiendo del Kigo, palabra que acompaña al Haiku tradicional, asociando el texto a una determinada estación o evento. Santoka colabora activamente con el movimiento, publicando con regularidad en la revista del maestro: Sôun. Es en este punto en que la segunda de las tragedias familiares irrumpe en la vida de Santoka. Los negocios de su padre fracasan, llevando a la familia a la bancarrota y a la pérdida del remanente de dinero y propiedades. La familia se traslada a la ciudad de Kumamoto en la isla de Kyushu, al sur de Japón. El padre, Takejirô, inicia una serie de proyectos fallidos en los que involucra a su hijo: una tienda de sake, una pequeña librería de segunda mano. En 1918, el menor de los hermanos de Taneda, Jirô, comete suicidio, agobiado por la situación familiar. Muy pronto le sigue, la abuela, quien fallece unos meses más tarde. En 1919 Santoka abandona a su familia, con miras a encontrar un trabajo en Tokio, lo que se materializaría un año más tarde –en 1920– con la separación definitiva de Sakino. Muere el padre. Durante dos años trabaja como bibliotecario, hasta ser despedido a causa de un nuevo colapso nervioso. La vida del poeta se vuelve en extremo inestable: permanece en Tokio, en donde es acusado de actividades políticas inapropiadas y es encarcelado; vuelve brevemente a Kyushu, con su familia, pero escapa. En 1924 intenta, borracho, arrojarse al paso de un tren; salvado en el último instante es llevado por un monje a un monasterio. Cinco años más tarde, Taneda Santoka es ordenado monje Soto Zen. Escribe en su diario: "En febrero de 1929 fui ordenado monje y me convertí en residente en Mitori Kannon-do. Era una verdadera vida solitaria en el bosque, en lo que concierne a la quietud era quieta, y a la soledad era sola, tal era allí la vida". Santoka inicia una serie de viajes por Japón, como bonzo mendicante; sólo lleva consigo: su cuenco (tazón) de mendigar, una toalla y sus hábitos. Tras el peregrinaje se asienta, en 1932, por un breve periodo en una villa (Gôchuan) en la prefectura de Yamaguchi. Publica su primer libro de poemas: Hachi no ko. Es un periodo de gran pobreza en lo material. Santoka sobrevive gracias al apoyo de admiradores y amigos y al dinero que le envía su hijo Ken. En 1934 intenta iniciar un nuevo viaje, pero cae gravemente enfermo y debe regresar. Intenta suicidarse sin éxito. Dos años más tarde, proyecta un viaje por la senda de Oku, siguiendo la ruta de Basho. No completa la ruta, regresando a Gôchuan ocho meses más tarde. En 1938 Santoka abandona Gôchuan para dirigirse a un pequeño monasterio cerca de la ciudad Matsuyama, el que se convertiría en su última residencia. En abril de 1940 publica Somokuto (“Entre Pagodas de Hierba”), su obra más importante. Fallece seis meses más tarde, el 11 de octubre de 1940.

Poesía

El haiku

El haiku, una de las formas tradicionales de la poesía japonesa, es un tipo poema de 17 sílabas, organizadas en tres versos compactos según el esquema de 5 / 7 / 5, sin rima. En su origen, el haiku se relaciona con otras formas de composición tradicional, como el haikai, ejercicio en el que varios poetas componían versos con sentido humorístico partiendo de un terceto inicial silábico 5 / 7 / 5; el tanka, poema de 5 versos organizados 5 / 7 / 5 / 7 / 7 y el renga, composición colectiva  (seisaku) sobre la base de poemas tanka. El haikai así como otras formas de composición como el Haikai-no-Renga tienen su origen en el siglo X d.C. para servir de diversión de las clases populares, en contraste a las formas de composición más refinadas de la corte imperial japonesa. Es precisamente esta última forma de composición, el Haikai-no-Renga, el antecedente directo del haiku tradicional. Comparte con las formas anteriores, el uso de un lenguaje simple y popular, la disposición en estrofas breves, la estructura con base en versos de 5 o 7 sílabas y la composición en conjunto de la mano de varios poetas. Como en el haikai, en el Haikai-no-Renga, la sucesión de estrofas comienza con un terceto 5 / 7 / 5, el que recibe el nombre de hokku. El hokku es acompañado por un Kigo, palabra que lo sitúa, asociándolo a una determinada estación del año. Es con Matsuo Basho, un poeta de la tradición del Haikai-no-Renga, que el hokku se independiza de la estructura serial y de la creación colectiva, adquiriendo una nueva dimensión estética y expresiva. Sin embargo, la palabra haiku (y su uso asociado al texto poético) es posterior a Basho, quien siempre se refirió a sus poemas como “hokku” o “Ku” (palabra que ha pasado a designar genéricamente a la estrofa de tres versos con organización silábica 5 / 7 / 5). La expresión haiku parece surgir por la condensación de haikai-no-ku, que era la designación para las estrofas de sucesivas en el Haikai-no-Renga. La primera alusión al término data de 1663, pero no es hasta el poeta Masaoka Shiki (quien utilizó la palabra haiku para designar a sus poemas, distinguiéndolos del hokku, como creaciones autónomas) que la nueva estructura de composición se asienta como canon con características propias. Shiki establece la obligatoriedad del Kigo y la estructura silábica 5 / 7 / 5, dando al Haiku tradicional su forma definitiva.

Santoka y escritura del Haiku en Verso-libre

La poesía de Santoka es una particular revisión de la tradición del haiku y de los grandes maestros canónicos (Bashoo, Buson y Shiki); y al mismo tiempo su superación en la búsqueda de un verso preciso y a la vez libre, una búsqueda que lo relacionaría (tal vez sin saberlo él) con los grandes innovadores de la poesía europea y americana, y del uso del verso libre (Pound, Eliot, Apollinaire).

La poesía de Santoka, es una búsqueda formal, que permita (Son palabras de Baudelaire) encontrar en el verso, la expresión precisa que dé cuenta de las complejidades y fluctuaciones del mundo interior. En Santoka, el misticismo del Zen requiere una reelaboración que pasa necesariamente por la trasformación de las estructuras que lo subyacen: la organización silábica del Haiku tradicional heredado de Basho es insuficiente; una conformación hermosa, también de gran precisión, pero incapaz de ajustarse a las necesidades de un hombre en busca de nuevas formas de expresión poética. Con la aparición del verso libre, es la propia estructura del poema la que adquiere un nuevo significado: el verso se alarga o se comprime según las necesidades del poeta, según la naturaleza de su visión.

Temas

Los temas de la poesía de Santoka son esencialmente los trazados por él en el esbozo que propone como inicio en su autobiografía: “Los infortunios de mi familia comenzaron con el suicidio de mi madre”. La historia de la familia Shouichi y la muerte de su madre, entregarán al poeta los temas clave de su escritura: la muerte, la pobreza, la soledad, el alcohol, la decadencia.

Escribe a propósito del recuerdo de su madre en el 47º aniversario de su muerte:

Ofrendando fideos
Madre
Yo también comeré

Dos años más tarde, en un nuevo aniversario:

Dientes de león cayendo
La muerte de mi madre
Aquello en lo que pienso incesantemente

La pobreza, recuerdo del pasado familiar y del presente, como bonzo mendicante:

No tengo dinero, no tengo cosas
No tengo dientes
Estoy completamente solo

*

Mi pueblo natal
En medio de la lluvia
Caminando descalzo

La soledad y el Sake – como fuente de inspiración y al mismo tiempo de evasión:

Vendo mis harapos
Y compro algo de sake
¿Habrá soledad todavía?

Sin embargo, aún desde la condición extrema de su existencia, el poeta se impone, ganando para la vida instantes de belleza, chispazos iluminativos –como el Satori del Zen–, en los cuales es posible recuperar para el hombre la visión de la totalidad y el contacto íntimo con el mundo que le rodea.

Dejando entrar la luna
En mi dormitorio
Me voy a dormir

*

Camino
Dejando posarse en mí casa
una libélula

*

Mi cuenco de mendigar
Acepta hojas caídas

Fuente: http://www.japones.cl/?q=santoka.html

martes, 16 de junio de 2015

César Moro - La leve pisada del demonio nocturno.


En el gran contacto del olvido
A ciencia cierta muerto
Tratando de robarte a la realidad
Al ensordecedor rumor de lo real
Levanto una estatua de fango purísimo
De barro de mi sangre
De sombra lúcida de hambre intacto
De jadear interminable
Y te levantas como un astro desconocido
Con tu cabellera de centellas negras
Con tu cuerpo rabioso e indomable
Con tu aliento de piedra húmeda
Con tu cabeza de cristal
Con tus orejas de adormidera
Con tus labios de fanal
Con tu lengua de helecho
Con tu saliva de fluido magnético
Con tus narices de ritmo
Con tus pies de lengua de fuego
Con tus piernas de millares de lágrimas petrificadas
Con tus ojos de asalto nocturno
Con tus dientes de tigre
Con tus venas de arco de violín
Con tus dedos de orquesta
Con tus uñas para abrir las entrañas del mundo
Y vaticinar la pérdida del mundo
En las entrañas del alba
Con tus axilas de bosque tibio
Bajo la lluvia de tu sangre
Con tus labios elásticos de planta carnívora
Con tu sombra que intercepta el ruido
Demonio nocturno
Así te levantas para siempre
Pisoteando el mundo que te ignora
Y que ama sin saber tu nombre
Y que gime tras el olor de tu paso
De fuego de azufre de aire de tempestad
De catástrofe intangible y que merma cada día
Esa porción en que se esconden los designios nefastos y la sospecha que
tuerce la boca del tigre que en las mañanas escupe para hacer el día

miércoles, 10 de junio de 2015

Pedro Lemebel - Manifiesto (Hablo por mi diferencia)


No soy Pasolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alita rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.

NOTA:

Este texto fue leído como intervención en un acto político de la izquierda en septiembre de 1986, en Santiago de Chile.