jueves, 29 de mayo de 2014

Roque Dalton - El Cínico.


Claro es que no tengo en las manos
el derecho a morirme
ni siquiera en las abandonadas tardes de los domingos.

Por otra parte se debe comprender que la muerte
es una manufactura inoficiosa
y que los suicidas
siempre tuvieron una mortal pereza
de sufrir.

Además, debo
la cuenta de la luz...

miércoles, 28 de mayo de 2014

Bertolt Brecht - Balada del pobre Bertolt Brecht.


Yo, Bertolt Brecht, vengo de la Selva Negra.
Mi madre me llevó a las ciudades
estando aún en su vientre. El frío de los bosques
en mí lo llevaré hasta que muera.

Me siento como en casa en la ciudad de asfalto. Desde el principio
me han provisto de todos los sacramentos de muerte:
periódicos, tabaco, aguardiente.
En resumen, soy desconfiado y perezoso, y satisfecho al fin.

Con la gente soy amable. Me pongo
un sombrero según su costumbre.
Y me digo: son bichos de olor especial.
Pero pienso: no importa, también yo lo soy.

Por la mañana, a veces, en mis mecedoras vacías,
me siento entre un par de mujeres.
Las miro indiferentes y les digo:
con éste no tenéis nada que hacer.

Al atardecer reúno en torno mío hombres
y nos tratamos de gentleman mutuamente.
Apoyan sus pies en mis mesas.
Dicen: «Nos irá mejor». Y yo no pregunto: «¿Cuándo?»

Al alba los abetos mean en el gris del amanecer
y sus parásitos, los pájaros, empiezan a chillar.
A esa hora en la ciudad, me bebo mi vaso,
tiro la colilla del puro, y me duermo tranquilo.

Generación sin peso, nos han establecido
en casas que se creía indestructibles
(así construimos los largos edificios de la isla de Manhattan
y las finas antenas que al Atlántico entretienen).

De las ciudades quedará sólo el viento que pasaba por ellas.
La casa hace feliz al que come, y él es quien la vacía.
Sabemos que estamos de paso
y que nada importante vendrá después de nosotros.

En los terremotos del futuro, confío
no dejar que se apague mi puro “Virginia” por exceso de amargura,
yo, Bertolt Brecht, arrojado a las ciudades de asfalto
desde la Selva Negra, dentro de mi madre, hace tiempo.

martes, 20 de mayo de 2014

Gustavo Palavecino - Delirium Tremens.


Sigo mordisqueando palos de fósforos
sin descubrir la intríngulis que acallará mi zozobra,
la embriaguez no es eterna
y después de la embriaguez, sobriedad apocalíptica.
Cuarto de siglo de linealidades electroencefalográficas,
los fantasmas de mis ancestros comenzaron a expurgar sus culpas,
después de pasar varias temporadas en el purgatorio,
han dejado de llorar, de lanzar platos y cerrar puertas a las 12 de la noche,
me han legado el miedo y la vergüenza,
me han legado sus lotes baldíos,
despertando también a Mister Hyde Palavecino
que goza estrangulando copas en los burdeles del desconcierto.

Voy al encuentro de la próxima conversión,
para arañar versos en la piel de las iletradas prostitutas que aman mi poesía
y para desenterrar los esqueletos
que ovacionarán mi ingreso a Mierdanápolis montado en el borrico
trashumante.

5 escopetazos de alprozalam insuficientes para liberar a Morfeo rehén
(desvelo acompañado de varias descargas de electroshock sudorífico),
la culpa me cuelga 7 veces por semana en la ampolleta del cuchitril,
he tratado de pasar por debajo de cientos de escaleras,
se me han cruzado todos los gatos negros del vecindario,
evito pegarme en los codos y pisar excrementos
escribo versos que terminarán en el basurero de los que me palmotean
la espalda;
y sigo aquí, en cuclillas,
colgado al cuello de un jamelgo castigado por su dueño,
esperando que las incompetentes larvas
hagan su trabajo de una vez por todas.

domingo, 18 de mayo de 2014

Helvert Barrabás - Retrato de una página pornográfica.


George Pichard

Se abre un minúsculo universo ante la complacencia del onanista
Que con mano temblorosa y dedos que son lazarillos de perversidades
Se somete a la lascivia pueril de aquellos años ya muertos
Un escaparate imaginario se amplía en el horizonte
Brillan los ojos del voyerista derrotado
Se hace partícipe de forma ilusa en orgías descarnadas
Anhela la cara pueril de actrices norteamericanas
O perderse en los senos amazónicos de panteras colombianas
Un desfile de anos y montes de Venus rasurados se agitan en las redes
Cunnilingus, fellatios, irrumaciones, bukkakes
Una enciclopedia de parafilias y perversiones
Un anuncio publicitario que titila en las esquinas
El voyeur del ojo muerto
El individuo abandonado
La sodomía desesperada
El escándalo pornográfico de la época dislocada

sábado, 17 de mayo de 2014

Ezra Pound - El Jardín.



Como una madeja de suelta seda soplada contra una pared
Ella camina por la baranda de un camino en los jardines de Kensington,
Y ella está muriendo a pedazos
                  De una suerte de anemia emocional.

Y en los alrededores hay una gentuza
Asquerosa, robusta, inmatable, de niños de los muy pobres.
Ellos heredarán la tierra.

En ella está el fin de la progenie.
Su aburrimiento es exquisito y excesivo.
Le gustaría que alguien le hablase,
Y casi teme que yo
           Cometa esa indiscreción.

Pablo de Rokha - Walt Whitman.


Como un Dios que edificase poemas á bofetadas mentales, Walt Whitman está sentado, está sentado sobre la majestad de la vida con el entendimiento del corazón en Yanquilandia, la pierna derecha en Pekín y la pierna izquierda en Berlín, todo el cuerpo sobre todo el mundo, jugando póker con los muertos sobre el tapete azul de lo infinito, platicando con las estrellas y oyendo, oyendo, oyendo los ruidos cóncavos y trascendentales de la época, la perpendicular yanqui, las tonadas tristes, tristes que los pastitos nuevos de Manhattan, tiernos como niñitos, tiernos como pajaritos, tiernos como animalitos, entonan atardeciendo, amaneciendo, atardeciendo entonan y la voz de las granjas rústicas ...

*

Los gestos cósmicos converjan á él como el alma de los sonidos á una estación radiográfica o como los gusanos á las tumbas, lleno de música, todo lleno de música sonríe y la tierra florece, llora, y entra el Invierno, canta, canta y entonces es como si los pájaros, las cosas y los hombres, las montañas, los sepulcros, los campos, las ciudades, las ciudades rojas, los cielos, los océanos, las esposas, las novias y las madres, los niños, las rameras, los criminales, los estadistas, los mercaderes, el bien y el mal, los hospicios, los manicomios o las casas honestas se pusiesen á cantar la primera canción de los tiempos; canta, canta, canta Walt, el bueno, canta y las gentes oscuras se dicen: el mundo está cantando, el mundo; canta y los esqueletos se preguntan: ¿quién?., y abren la puerta eterna con sus dedos enormes, llenos de lo amarillo de las huesas, llenos de lo amarillo de las huesas.

*

Le dicen las hormigas: salud Walt Whitman!.. los honestos elefantes extensos: cómo estás hermano?., y las tortugas, los sapos, el Rey de las Españas, los mendigos, los parlamentarios, las vacas, el Presidente, los caballos, los obispos, los cocheros, la luna, los excrementos le dicen, le dicen golpeándole la espalda; hermano Walt Whitman, Walt Whitman, Walt Whitman eres NUESTRO hermano, NUESTRO hermano Walt Whitman.

*

No nació nunca, no nació Walt Whitman; cien millones de épocas y épocas suman la edad del orbe gigante o increado, in creado, denominado por nosotros Walt Whitman de Manhattan, Walt Whitman, Walt Whitman de Manhattan; y su grande figura se diluye, se deshace, se pierde en La figura de la tierra agrandando la tierra de la tierra.

Jehovás de sangre, emperadores pálidos, pálidos emperadores, los tiranos PODRIDOS rigen á Yanquilandia: el dinero y el cinematógrafo... es posible?., si, es posible, es posible... ja! ja! ja!.. ja! ja! ja!..

Toda la filosofía yanqui está bostezando desnuda está bostezando en las salas idiotas de los biógrafos; Yanquilandia es un enorme espectáculo de cine; toda la sociología yanqui está bostezando desnuda está bostezando entre el debe y el haber, el haber y el debe, el debe y el haber de los subterráneos bancarios; Yanquilandia, Yanquilandia se parece á una tremenda caja de caudales en donde ladrasen los negros, las rubias y el protestantismo... — ... toda la filosofía yanqui está bostezando desnuda está bostezando en las salas idiotas de los biógrafos!.. .—Yanquilandia: eres imbécil, eres conceptual, vulgar, y siendo, siendo roña, siendo vaca, siendo cura, eres, oh!, eres la divina flor del genio, tú, la masa superflua y burocrática eres hoy, eres hoy el ejemplo azul de la tierra!.. es posible?.. es posible? ..

* *

Cual una extensa vaca rubia, cual una extensa vaca rubia, Yanquilandia gravita rumiando, rumiando, rumiando el porvenir de las bestias y defecando paradojas; rujen los cow boys sus verdes sonetos á la fuerza, arrinconados, como búfalos, como búfalos tras los estilos prehistóricos, rujen, rujen, tal cuadrigas de rinocerontes, los cánticos del hombre libérrimo, libérrimo, libérrimo, hermano del árbol, hermano del agua, hermano del fuego, hermano del fuego; aúllan los trasatlánticos, las locomotoras, los tranvías horizontales, los dreadnoughts cansados, marinos, lejanos, los hidroplanos, los monoplanos, los biplanos, los aeroplanos, los difusos zeppellines macabros, las fábricas, las usinas tentaculares, las rojas cárceles, sordas, foscas, las maestranzas, los manicomios, ¡los manicomios!, los hospicios, los almacenes, los hospitales, los tribunales, los hoteles, las iglesias, los restaurantes, los prostíbulos, los bancos, las tiendas, las bolsas de comercio, los clubs, los bares, las cámaras, las tabernas, los garitos, las oficinas públicas, los hipódromos, los cementerios, los cementerios, los cementerios, los cinematógrafos, aúllan, aúllan las grúas rotundas, melancólicas, negras, y aúlla el tráfico cosmopolita, metropolitano, consuetudinario, rotativo y triste, triste y rotativo, aúllan, aúllan aúllan los cielos, la tierra y el mar yanquis, completamente yanquis, completamente yanquis, yanquis, aúllan en inglés los cielos, la tierra y el mar aúllan en inglés, los cielos, la tierra y el mar aúllan en inglés; lloran las prostitutas y canta la moderna actriz, lloran las comadronas, lloran las sirvientillas, lloran las colegialas y canta el multimillonario ladrón, lloran los suplementeros, los obreros, los carpinteros- los zapateros, los panaderos, el albañil azul, matinal e infinitesimal y canta la proxeneta aristocrática en calzones sobre la seriedad de las cosas intimas, lloran los maridos pobres y las esposas pobres, ¡los pobres honrados!, las costureritas, y canta., canta el banquero, el parlamentario, el rentista, el prestamista, el folletimista, el caftena, el cinematografista, lloran los mendigos, los poetas, los deformes, lloran, lloran como microbios o como difuntos que iluminasen la vida pasada con la nocturna luz de los recuerdos, y canta, canta, canta el burgués gozoso y sonoro, sonoro y gozoso como un animal, trina el lujo, llora la miseria, juega el niño, meditan los ancianos, meditan loa enfermos y los sabios, declaman charlatanes y periodistas, peroran comerciantes y arribistas, apostrofa á las tumbas el cantor maquinal del futuro, ¡el cantor maquinal!, ríen los niños, ríen las novias y ¡a flor sonríe, y un son de establos y de granjas, de siembras, de chácaras, de huertas, una canción, una canción de legumbres y de trigales, de sudores y de ponientes, una canción olorosa á viñas floridas, á frutas maduras viene llegando, día á día, de los predios agrarios en la santidad del trigo y el pan, en la dignidad del vino y la sal, el agua y la leche honesta, en la MAJESTAD negra del carbón, recuerdo de los campos y esqueleto del mundo, esqueleto del mundo y la tristeza

Yanquilandia echa sobre la cara rugosa de LA VIDA la paveza, la paveza, la paveza honorable de su cigarro capitalista y sonriendo, sonriendo al sol lo dice: señor, ¡deme Ud. la vereda!.. ¡deme Ud. la vereda! .. ! .. y el SOL, el SOL, el SOL accede...

*

Tierra de hombres azules, trágicos, mecánicos, geométricos, poetas de lo positivo, lo práctico, lo práctico, Yanquilandia va improvisando, improvisando, improvisando e inventando, creando el mundo á cada momento, creando el MUNDO, y escribiendo, cual ingenua mecanógrafa, el CANTO gris de los silencios, vertiginosamente, vertiginosamente y con cien copias simultáneamente: allí todo es posible: improvisar millones y poemas, improvisar ciudades y personas, improvisar presidentes amados, improvisar democracias totales, improvisar los nuevos sentidos de la nada y verdades estrambóticas que sumen la mentira de hoy colosalmente, improvisar héroes, héroes, sabios y santos, guerreros, artistas, ladrones, gobernantes, mercaderes, boxeadores, cantatrices o millonarios, improvisar palacios de cien, doscientos y trescientos pisos, musicales, resonantes, admirables, sujetos como el sol y las estrellas á la gravitación cósmica, con frutos, frutos, raíces, raíces, raíces, flores y hojas lo mismo que canciones o mejor, montañas, con vegetación, con vegetación, con vegetación de nobles, rurales predios agrícolas, improvisar escuadras que manchen los océanos de aceite, gin, disciplina y tabaco inglés, dólares y cachimbas y dólares, improvisar sociedades anónimas capaces de hacerle, de hacerle un cinturón de oro á la luna y escarpines de plata á toda estrella, á toda estrella de cualquier océano, improvisar las cosas eternas y la luz, lo pasado, el presente, lo futuro’ Dios y las sepulturas;... tierra de hombres azules, tierra de hombres azules, tierra de hombres-teléfonos, tierra de hombres-telégrafos, tierra de hombres telémetros, tierra de hombres-gramófonos, tierra de hombres-taxímetros, tierra de hombres-cinematógrafos, tierra de hombres-cinematógrafos, tierra de hombres automóviles, tierra de hombres-locomóviles, hombres-relojes, hombres-motores, hombres- relojes, hombres a máquina, tierra de hombres movidos a electricidad y espíritus á bencina, sexos a carbón, vientres a carbón, lenguas a carbón, cerebros a carbón y almas fúnebres a gas, tierra de hombres azules, tierra de hombres azules, tierra de hombres azules con el azul químico y cínico de los laboratorios, Yanquilandia!. . Yanquilandia!..

Lo mismo que tristes, fatales neblinas llora su corazón, lo mismo que tristes, fatales neblinas, y en las plazas públicas, en las plazas públicas de sus gestos mundiales, los multimillonarios van fumando, van fumando, van fumando anacrónicamente gordas cachimbas gordas y románticas; peroran y declaman, declaman y peroran y peroran los avisos funambulescos...

** *

MONTANAS, MONTAÑAS, MONTAÑAS de cincuenta, sesenta, setenta pisos sobre el nivel de las arquitecturas antiguas, o sea, casas, casas yanquis en Yanquilandia, trasatlánticos, —ataúdes, ataúdes de orbes errantes, matemáticos o rojos, negros o melancólicos; fortunas cuyas unidades simples, cuyas unidades simples van multiplicándose, multiplicándose, multiplicándose hasta lo absurdo como las gotas de agua de un invierno, como las gotas de agua de un invierno, las románticas hojas caducas del Otoño, las pacificas frutas jugosas del Verano, las carcajadas de la Primavera, la lluvia eterna del dolor humano, la lluvia eterna del dolor humano, la lluvia eterna del dolor humano, la lluvia eterna del dolor humano, las NEGRAS arenas NEGRAS de la tumba, o la raíz cuadrada del planeta, o la raíz cuadrada del planeta; tractores, automóviles, camiones, tractores, automóviles, camiones llenos de paisajes, multitudes, muchedumbres, conversaciones o sucesos; aeroplanos que han puesto un solo huevo, un solo huevo,—el sol—, en el nidal del cielo, el sol, el sol en el nidal del cielo; ferrocarriles, ferrocarriles, ferrocarriles que son como si las viviendas, la ciudad y los campos caminasen; fábricas que tienen teléfono para lo infinito y cuyo gerente habla mil, diez mil idiomas; periódicos, periódicos que parecen repúblicas; universidades, bibliotecas con servicio de CAMIONES, tranvías o autos, cruzando, cruzando la iglesia maravillosa; ciudades como continentes, aldeas como territorios y granjas rurales, granjas lo mismo que establecimientos de educación agrícola en La República de Platón; hospicios que parecen grandes cunas, grandes cunas azules y hospitales llenos de jardines; beauty-parlors en donde gorjean, gorjean arroyuelos de deleite, ríos, ríos, ríos de intimidades floridas, y en donde, en donde las niñas SON muñecos: el pié chiquito, chiquito, chiquito, los pechos rosados, menudos, la medalla del sexo cual una FLOR, abierta; hoteles y almacenes, almacenes y hoteles que dan la ambigua sensación, la ambigua sensación de ir navegando, navegando, siempre navegando; cinematógrafos con capacidad para 100,000 toneladas de imbéciles y 300,000 de suegras:; morgues, morgues, morgues-carnicerías, carnicerías-morgues en las que se despostan manadas y manadas de ejemplares humanos diaria-mente, etc , etc.,—farmacopea vil— ..; divorciadas y negros, negros, negros y divorciadas; campeones gastronómicos, sicalípticos, filarmónicos, fotográficos, filatélicos, deportivos, esportivos, cinematográficos, literarios, filológicos, psicológicos, filosóficos, patológicos, comerciales, sociales, policiales, amatorios, campeones, campeones amatorios, agronómicos, teosóficos, alcohólicos, criminológicos, etc., campeones gubernativos, mortuorios, automovilísticos, etc., etc., etc.,... sementera de campeones, criadero de campeones, he ahí Yanquilandia.

William S. Burroughs - El Almuerzo Desnudo.


introducción / fragmento de la novela

DECLARACIÓN:
TESTIMONIO SOBRE UNA ENFERMEDAD

Desperté de la Enfermedad a los cuarenta y cinco años, sereno, cuerdo y en bastante buen estado de salud, a no ser por un hígado algo resentido y ese aspecto de llevar la carne de prestado que tienen todos los que sobreviven a la Enfermedad... La mayoría de esos supervivientes no recuerdan su delirio con detalle. Al parecer, yo tomé notas detalladas sobre la Enfermedad y el delirio. No tengo un recuerdo preciso de haber escrito las notas publicadas ahora con el título de EL ALMUERZO DESNUDO. El título fue sugerido por Jack Kerouac. Hasta mi reciente recuperación no comprendí lo que significaba exactamente lo que dicen sus palabras: ALMUERZO DESNUDO: un instante helado en el que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores.

La Enfermedad es la adicción a la droga y yo fui adicto durante quince años. Cuando digo adicto quiero decir adicto a la droga (término genérico para el opio y/o sus derivados, incluyendo todos los sintéticos, del demerol al palfium). He consumido la droga bajo muchas formas: morfina, heroína, dilaudid, eucodal, pantopón, diccodid, diosane, opio, demerol, dolofina, palfium. La he fumado, comido, aspirado, inyectado en vena-piel-músculo, introducido en supositorios rectales. La aguja no es importante. Tanto da que la aspires, la fumes, la comas o te la metas por el culo, el resultado es el mismo: adicción. Cuando hablo de adicción a la droga no me refiero al kif, la marihuana o cualquier preparado de hachís, mescalina, Bannisteria caapi, LSD6, hongos sagrados, ni a ninguna droga del grupo de los alucinógenos... No hay pruebas de que el uso de algún alucinógeno produzca dependencia física. La acción de esas sustancias es fisiológicamente la opuesta a la acción de la droga. El celo de los departamentos de narcóticos de Estados Unidos y otros países ha dado lugar a una lamentable confusión entre las dos clases de drogas.

He visto el modo exacto en que actúa el virus de la droga a lo largo de quince años de adicción. La pirámide de la droga: cada nivel devora al de abajo (no es casualidad que los de arriba sean siempre gordos y los adictos de la calle siempre flacos) hasta el punto más alto, o los puntos más altos; porque hay muchas pirámides de la droga alimentándose de las gentes del mundo y todas construidas sobre los principios básicos del monopolio:

1. Nunca des por nada.
2. Nunca des más de lo que tienes que dar (tener al comprador siempre hambriento y hacerle esperar siempre).
3. Recupera siempre todo lo que te sea posible.

El traficante siempre lo recupera todo. El adicto necesita más y más droga para conservar forma humana... para espantar al Mono.

La droga es un molde de monopolio y posesión. El adicto aguanta mientras sus piernas drogadas le lleven directo a recaer sobre el rayo de droga. La droga es cuantitativa y mensurable con gran precisión. Cuanta más droga consumas menos tienes y cuanta más tengas más usas. Todos los que utilizan alucinógenos los consideran sagrados —hay cultos del peyote y la bannisteria, cultos del hachís y de los hongos («los hongos sagrados de México permiten al hombre ver a Dios»)—, pero nunca nadie ha sugerido siquiera que la droga sea sagrada. No hay cultos del opio. El opio es profano y cuantitativo como el dinero. He oído que en la India hubo una vez una droga beneficiosa y no adictiva. Se llamaba soma y se representa como una hermosa marea azul. Si el soma existió alguna vez, el traficante logró embotellarlo y monopolizarlo, y venderlo y convertirlo en la misma DROGA de toda la vida.

La droga es el producto ideal... la mercancía definitiva. No hace falta literatura para vender. El cliente se arrastrará por una alcantarilla para suplicar que le vendan... El comerciante de droga no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. No mejora ni simplifica su mercancía. Degrada y simplifica al cliente. Paga a sus empleados en droga.

La droga produce una fórmula básica de virus «maligno»: El álgebra de la necesidad. El rostro del «mal» es siempre el rostro de la necesidad total. El drogadicto es un hombre con una necesidad absoluta de droga. A partir de cierta frecuencia, la necesidad no conoce límite ni control alguno. Con palabras de necesidad total: «¿Estás dispuesto?» Sí, lo estás. Estás dispuesto a mentir, engañar, denunciar a tus amigos, robar, hacer lo que sea para satisfacer esa necesidad total. Porque estarás en un estado de enfermedad total, de posesión total, imposibilitado para hacer cualquier otra cosa. Los drogadictos son enfermos que no pueden actuar más que como actúan. Un perro rabioso no puede sino morder. Adoptar una actitud puritana no conduce a nada, salvo que se pretenda mantener el virus en funcionamiento. Y la droga es una gran industria. Recuerdo una conversación con un norteamericano que trabajaba en la comisión para la fiebre aftosa, en México. Seiscientos al mes más gastos:

—¿Cuánto durará la epidemia? —pregunté.

—Mientras podamos hacerla durar... Sí... tal vez surjan otros focos en Sudamérica —dijo, como soñando.

Si se quiere alterar o anular una pirámide de números en relación serial, se altera o se elimina el número base. Si queremos aniquilar la pirámide de la droga, tenemos que empezar por la base de la pirámide: el adicto de la calle, y dejarnos de quijotescos ataques a los llamados «de arriba», que son todos reemplazables de inmediato. El adicto de la calle que necesita la droga para vivir es el único factor insustituible en la ecuación de la droga. Cuando no haya adictos que compren droga, no habrá tráfico. Pero mientras exista necesidad de droga, habrá alguien que la proporcione.

Los adictos pueden ser curados o puestos en cuarentena (es decir, que se les adjudica una ración de morfina, bajo una mínima vigilancia, como a los afectados por el tifus). Si se llega a hacer esto, las pirámides de droga del mundo se derrumbarán. El único país que aplica este método al problema de la droga es, por lo que yo sé, Inglaterra. Hay unos quinientos adictos censados en el Reino Unido. En la próxima generación, cuando los adictos actualmente en cuarentena mueran y se descubran analgésicos que actúen sobre una base no opiácea, el virus de la droga será como la viruela, un capítulo cerrado, una curiosidad médica.

La vacuna que puede relegar el virus de la droga a un pasado sin futuro existe ya. Esa vacuna es el tratamiento de apomorfina descubierto por un médico inglés cuyo nombre debo ocultar hasta que me autorice a usarlo y a citar pasajes de su libro, que cubre treinta años de tratamiento de alcohólicos y adictos con apomorfina. La apomorfina es un compuesto que se forma al hervir morfina y ácido clorhídrico. Se descubrió años antes de ser utilizado para tratar a los adictos. Durante muchos años, la apomorfina, que no tiene propiedades narcóticas ni analgésicas, se aplicó únicamente como emético, para provocar vómitos en casos de envenenamiento. Actúa directamente sobre el centro del vómito, en el cerebro posterior.

Encontré esta vacuna al final del trayecto de la droga. Estaba viviendo en una habitación del barrio moro de Tánger. Hacía un año que no me bañaba ni me cambiaba de ropa, ni me la quitaba más que para meterme una aguja cada hora en aquella carne fibrosa, como madera gris, de la adicción terminal. Nunca limpié ni quité el polvo de la habitación. Las cajas de ampollas vacías y la basura llegaban hasta el techo. Luz y agua cortadas mucho tiempo por falta de pago. No hacía absolutamente nada. Podía pasarme ocho horas mirándome la punta del zapato. Sólo me ponía en movimiento cuando se vaciaba el reloj de arena corporal de la droga. Si venía a visitarme algún amigo —y rara vez lo hacían, puesto que quedaba poco que visitar de mí— seguía allí sentado sin importarme que hubiese entrado en mi campo visual —una pantalla gris cada vez más confusa y más débil—, ni cuando fuese a salir de él. Si se hubiese muerto en el sitio, yo hubiera seguido allí sentado mirándome el zapato y esperando para revisarle los bolsillos. ¿Tú no? Porque nunca tenía droga suficiente, nadie la tiene nunca. Dos gramos de morfina al día y seguía sin ser suficiente. Y largas esperas delante de la farmacia. En el negocio de la droga la demora es norma. El Hombre nunca llega a la hora. Y no por casualidad. No hay casualidades en el mundo de la droga. Al adicto se le enseña con precisión una y otra vez lo que sucederá si no consigue comprar su ración. Junta el dinero o ya sabes. Y de repente mi hábito empezó a crecer y crecer. Tres, cuatro gramos al día. Y seguía sin bastarme. Y no podía pagar.

Allí estaba, con mi último cheque en la mano, y me di cuenta de que era mi último cheque. Tomé el primer avión a Londres.

El médico me explicó que la apomorfina actúa sobre el cerebro posterior para regular el metabolismo y normalizar el flujo sanguíneo de modo que el sistema enzimático de la adicción se destruye en un período de cuatro o cinco días. Una vez regulado el cerebro se retira la apomorfina y sólo vuelve a usarse si hay recaída. (Nadie toma apomorfina por placer. No se ha registrado ni un solo caso de adicción a la apomorfina.) Acepté someterme al tratamiento e ingresé en una clínica. Las primeras veinticuatro horas estuve literalmente loco y paranoico, como les pasa a muchos adictos con fuerte carencia. Veinticuatro horas de tratamiento intensivo de apomorfina disiparon el delirio. El doctor me mostró la ficha. Me habían puesto pequeñas cantidades de morfina que no bastaban para explicar la ausencia de los síntomas de carencia más severos, como calambres en piernas y estómago, fiebre y mi propio síntoma particular y personal, la quemadura fría, una especie de urticaria frotada con mentol por todo el cuerpo. Cada adicto tiene un síntoma particular y personal que escapa a todo control. Faltaba un factor en la ecuación de la carencia, y ese factor no podía ser más que la apomorfina. Vi que el tratamiento de apomorfina funcionaba de verdad. A los ocho días abandoné la clínica y comía y dormía normalmente. Permanecí dos años enteros sin drogarme, un récord desde hacía doce años. Recaí durante unos meses de resultas del dolor de una enfermedad. Otra cura de apomorfina me ha mantenido alejado de la droga hasta el momento en que escribo.

La cura de apomorfina es cualitativamente distinta de otros métodos de cura. Los he probado todos. Reducción rápida, reducción lenta, cortisona, antihistamínicos, tranquilizantes, curas de sueño, tolserol, reserpina. Ninguna de esas curas superó la primera oportunidad de reincidir. Puedo asegurar que nunca me curé metabólicamente hasta haber realizado la cura de apomorfina. La abrumadora frecuencia de las recaídas, según las estadísticas del Hospital de Narcóticos de Lexington, ha inducido a muchos médicos a declarar que la adicción es incurable. En Lexington practican una cura de reducción con dolofina y, que yo sepa, nunca han probado con la apomorfina. La realidad es que este tratamiento ha sido muy poco estudiado. No se han hecho investigaciones con variantes de la fórmula de la apomorfina ni con sintéticos. No hay duda de que podrían obtenerse sustancias cincuenta veces más potentes que la apomorfina y eliminarse el efecto secundario del vómito.

La apomorfina es un regulador metabólico y psíquico que puede suspenderse en cuanto ha cumplido su misión. El mundo está inundado de tranquilizantes y estimulantes y, sin embargo, no se presta atención a este regulador único. Ninguno de los grandes laboratorios farmacéuticos ha investigado sobre él. Considero que el estudio de la síntesis de la apomorfina y de sus variantes abrirá las fronteras médicas más allá del problema de la adicción.

La vacuna de la viruela se encontró con la vociferante oposición de un grupo de lunáticos antivacunas. No hay duda de que si el virus de la droga se contrarresta, habrá un clamor de protesta lanzado por individuos interesados o desequilibrados. La droga es un negocio grande; siempre hay maníacos y especuladores. No se les debe permitir que interfieran la labor esencial de aplicar el tratamiento de inoculación y cuarentena. El virus de la droga es el principal problema de salud pública en el mundo de hoy.

Puesto que EL ALMUERZO DESNUDO trata de este problema, es brutal, obsceno y repugnante por necesidad. La Enfermedad suele tener detalles repulsivos no aptos para estómagos sensibles.

Ciertos pasajes del libro que han sido calificados de pornográficos están escritos como una proclama contra la pena de muerte, a la manera de Una modesta proposición de Jonathan Swift. Estas secciones pretenden poner al descubierto que la pena capital es un anacronismo obsceno, bárbaro y repugnante. Como siempre, el almuerzo está desnudo. Si los países civilizados quieren volver a los ritos druídicos de la horca en el Bosque Sagrado, a beber sangre con los aztecas o a alimentar a sus dioses con sangre de sacrificios humanos, que vean lo que de verdad comen y beben. Que vean lo que hay en la gran cuchara de las noticias.

Tengo casi terminada una secuela de EL ALMUERZO DESNUDO. Una extensión matemática del álgebra de la necesidad más allá del virus de la droga. Porque hay muchas formas de adicción, creo que todas ellas obedecen a ciertas leyes elementales. Con palabras de Heiderberg: «Quizá éste no sea el mejor de los universos posibles pero es muy probable que sea uno de los más simples. » Si el hombre logra ver.

Post scriptum... ¿Y tú no?

Y hablando personalmente, y si un hombre habla de cualquier otra manera ya podemos ir empezando a buscar a su Papaíto Protoplasma o Célula Madre... No quiero oír más historias sabidas ni más mentiras sobre drogas... Las mismas cosas repetidas un millón de veces y más cuando no vale la pena decir nada porque nunca pasa NADA en el mundo de la droga.

La única excusa para esta agotada ruta de muerte es la SENSACIÓN cuando el circuito de la droga se cierra por falta de pago y la piel drogada se muere por falta de droga y sobredosis de tiempo y la Piel Vieja ha olvidado el juego de la piel acortando el camino cubierto por la droga como hacen las pieles... Se precipita un estado de exposición total cuando el Adicto Golpeante no puede sino ver, oler y oír... Cuidado con los coches...

Está claro que la droga es una ruta-alrededor-del-mundo-empujando-una-bolita-de-opio-con-la-nariz. Estrictamente para escarabajos-vagabundo montón de basura-droga. Y por tanto listo para liquidación. Cansado de verlo por ahí.

Los yonquis siempre se quejan de frío, como ellos lo llaman; se levantan el cuello de sus chaquetas negras y se abrigan el flaco pescuezo... pura trampa de drogado. Un yonqui no quiere sentir calor, quiere estar fresco, más fresco, FRÍO. Pero quiere el FRÍO como quiere su droga, no FUERA, donde no le sirve de nada, sino DENTRO, para poder estar sentado por ahí con la columna vertebral como un gato hidráulico... y su metabolismo aproximándose al CERO absoluto. Muchas veces los adictos TERMINALES se pasan dos meses sin mover el vientre y los intestinos forman adherencias permanentes —¿a quién no?— que requieren la intervención de un descorazonador de manzanas o de su equivalente quirúrgico... Así es la vida en la Vieja Casa de Hielo. ¿Para qué moverse y perder el TIEMPO?

Hay sitio para uno más, señor.

Algunos individuos van de sensaciones termodinámicas. Inventaron la termodinámica... ¿No lo harías tú?

Y algunos de nosotros buscamos sensaciones diferentes y se hace abiertamente igual que me gusta ver lo que como y viceversa mutatis mutandis si se tercia. El salón del almuerzo desnudo de Bill... Pasen ustedes... Bueno para jóvenes y viejos, hombres y bestias. Nada como un poco de aceite de culebra para engrasar las ruedas y montar el número en la pista, Bautista. ¿De qué lado estás? ¿Congelado hidráulico? ¿O quieres echar un vistazo con el Buen Bill?

Este es, pues, el Problema de la Salud Mundial del que hablaba en el Artículo. El Panorama que se Despliega ante Nosotros, Amigos MÍOS. ¿Oigo murmurar algo sobre una navaja particular y un timador de segunda conocido porque inventó La Cuenta? ¿Tú no? La navaja perteneció a un hombre llamado Occam, y no fue un coleccionista de cicatrices. Ludwing Wittgenstein, Tractatus Logicus-Philosophicus: «Si una proposición NO ES NECESARIA, NO TIENE SENTIDO y se aproxima al SIGNIFICADO CERO. »

—¿Y qué hay más INNECESARIO que la droga si Tú no la necesitas?

Respuesta: —Los yonquis, si Tú no te drogas.

Os aseguro que he oído bastantes conversaciones lentas, pero ningún otro GRUPO SOCIAL puede compararse a la LENTITUD termodinámica de la droga. El adicto a la heroína no dice apenas nada, y eso puedo aguantarlo. Pero el «Fumador» de opio ya es más activo, puesto que tiene una tienda y una Lámpara... y tal vez 7-9-10 allí tendidos como reptiles que invernan y mantienen la temperatura a Nivel de Conversación: qué bajo han caído los otros yonquis «en cambio nosotros, NOSOTROS tenemos la tienda y la lámpara y la tienda y la lámpara y la tienda y aquí está agradable y caliente agradable y caliente agradable y AQUÍ y agradable y FUERA HACE FRÍO... HACE FRÍO FUERA donde los comedores de basura y los chicos de la aguja no durarán dos años, no, ni siquiera seis meses durarán vagabundeando por ahí, no tienen nada de clase... En cambio nosotros estamos AQUÍ SENTADOS y nunca aumentamos la DOSIS... nunca-nunca aumentamos la dosis nunca excepto ESTA NOCHE que es una NOCHE ESPECIAL con todos esos comedores de basura y chicos de la aguja ahí fuera pasando frío... y nunca nos lo comemos, nunca, nunca, nunca lo comemos... Disculpe por favor, voy hasta la Fuente de las Gotas Vivas que todos tienen en el bolsillo y las bolitas de opio que se meten por el culo en un dedil mezcladas con las Joyas de la Familia y la otra mierda».

Hay sitio para uno más, señor.

Bueno, cuando el disco empieza a girar por el billonésimo año luz y el rollo no cambia jamás, nosotros los no-yonquis tomamos una actitud drástica y los hombres se separan de los jovenzuelos de la droga.

La única forma de protegerse de tan terrible peligro es venir AQUÍ y amancebarse con Caribdis... Te trataré bien, chico... Caramelos y cigarrillos.

Aquí estoy, después de quince años metido en esa tienda. Dentro y fuera dentro y fuera dentro y FUERA. CAMBIO Y CORTO. Escuchad pues al viejo tío Bill Burroughs que inventó el truco del regulador de la máquina de sumar Burroughs, basado en el principio del gato hidráulico, hagas lo que hagas con la palanca siempre el mismo resultado para unas coordenadas dadas. Sigue mis lecciones cuanto antes... ¿no quieres?

Bebés paregóricos del mundo, uníos. No tenemos nada que perder, sólo nuestros Traficantes. Y NO SON NECESARIOS.

Mirad, MIRAD bien el camino de la droga antes de viajar por él y liaros con las Malas Compañías.

Palabras para el que sabe.


William S. Burroughs

Alejandra Pizarnik - Noche.


Quoi, toujours?
Entre moi sans cesse et
le bonheur!
G. De Nerval

Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa...
¡Qué sé yo! ¡Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Si sólo me fuera dado palpar
las sombras, oír pasos,
decir «buenas noches» a cualquiera
que pasease su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia, tropezaría
con piedras al azar, como se hace.

Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
que corre por mis venas.
¡Quiero salir! Cancerbero del alma:
¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces!
¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida Señor!
¿Para qué tanta vida?

Pier Paolo Pasolini - Análisis Tardío.


Sé bien, sé bien que estoy en el fondo de la fosa;
que todo aquello que toco ya lo he tocado;
que soy prisionero de un interés indecente;
que cada convalecencia es una recaída;
que las aguas están estancadas y todo tiene sabor a viejo;
que también el humorismo forma parte del bloque inamovible;
que no hago otra cosa que reducir lo nuevo a lo antiguo;
que no intento todavía reconocer quién soy;
que he perdido hasta la antigua paciencia de orfebre;
que la vejez hace resaltar por impaciencia sólo las miserias;
que no saldré nunca de aquí por más que sonría;
que doy vueltas de un lado a otro por la tierra como una bestia enjaulada;
que de tantas cuerdas que tengo he terminado por tirar de una sola;
que me gusta embarrarme porque el barro es materia pobre y por lo tanto pura;
que adoro la luz sólo si no ofrece esperanza.

Alejandra Pizarnik - La Noche.


Poco sé de la noche
pero la noche parece saber de mí,
y más aún, me asiste como si me quisiera,
me cubre la conciencia con sus estrellas.

Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte.
Tal vez la noche es nada
y las conjeturas sobre ella nada
y los seres que la viven nada.
Tal vez las palabras sean lo único que existe
en el enorme vacío de los siglos
que nos arañan el alma con sus recuerdos.

Pero la noche ha de conocer la miseria
que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas.
Ella ha de arrojar odio a nuestras miradas
sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros.

Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos.
Su lágrima inmensa delira
y grita que algo se fue para siempre.

Alguna vez volveremos a ser.

jueves, 15 de mayo de 2014

Leopoldo María Panero - Yo, François Villon.


Yo, François Villon, a los cincuenta y un años        
gordo y corpulento, de labios color ceniza   
y mejillas que el vino amoratara,       
a una cuerda ahorcado          
lo sé todo acerca del pecado.
Yo, François Villon,  
a una cuerda pendido
me balanceo lento, habiendo sido     
peor que Judas, quien también murió ahorcado.      
Las viejas se estremecen al oír mis hazañas  
pues no tuve respeto para la vida humana.   
Que el viento me mueva, ya oigo cerca las voces    
de aquellos que mandé a freír monas.          
Me esperan en el infierno      
y alargan las manos   
porque se ha corrido allí, del Leteo al Cocyto         
¡que al fin Villon había muerto ahorcado!    
Ya la luna aparece, e ilumina la horca          
dando a mi rostro el color de la sangre         
yo, que hice mal sabedor de que lo hacía     
hasta que por fin he muerto ahorcado.         
Ya los lobos ladran en torno al patíbulo       
y los niños gritan, parecidos a ratas: 
¡Villon ha muerto ahorcado! 
Viejas que me insultabais en la carretera oscura:      
¡sabed que el semen moja mis caderas         
y es fresco y sabroso el semen del ahorcado!           
Que mis dientes sirvan          
de jugo en tu caldera 
bruja de los límites, tú a quien admiro          
sabedora de embrujos, de filtros y de hechizos       
más poderosos que la fe y que los apóstoles
de quienes se burló el Mago, más apta que ellos      
para conocer el dolor 
¡de este que un sepulcro merece!      
Y que el viento diga, al amanecer, mañana  
vanamente a ranas y a gusanos         
Villon se ha hecho al fin célebre       
pues al fin una horca dibuja su figura           
¡Villon ha muerto ahorcado! 
Y que de mi mano ajada caiga la rosa          
que mis dientes estrujaron     
pues ella supo mis crímenes  
y fue mi confidente   
y dígalo ella al mundo, cayendo sobre el suelo        
¡Villon ha muerto ahorcado! 
Pronto vendrá la canalla        
a hozar en mi tumba  
y orinarán encima, y los amantes      
harán seguro el amor sobre mis huesos         
y será la nada mi más escueto premio           
para que ella lo diga, 
no sé si nada o rosa:  
¡Villon ha muerto ahorcado! 
Sabrán de mí los niños          
de edades venideras  
como de un gran pecador      
y asustados correrán a esconderse    
bajo las sábanas cuando sus madres 
les digan: "Cuidado ahí viene".        
Y esa será la fama de Villon, el Ahorcado.  
Y será tal mi fama que prefiero el olvido     
porque un día, mañana          
de ese futuro que el hedor hace        
parecerse al recuerdo, una mano       
dejará caer, al oír mi nombre 
el fruto del culo, el excremento        
y mi vida, y mi carne, y todos mis escritos   
¡promesa serán sólo para las moscas!