jueves, 1 de mayo de 2014

Walt Whitman - Venido de Paumanok


Este poema fue publicado en 1860, intercalándolo en la tercera edición de Hojas de Hierba. Como el Canto a mí mismo es un  poema-programa en el cual Whitman, el poeta del alma a través del cuerpo con todas sus rudezas, delirios y pecados; de la inmortalidad a través de la mortalidad; y, de la religiosidad excelsa y depurada, por encima de las religiones vulgares y manoseadas, antes, en su canto y después de su canto, queda consagrado y erigido para siempre como el poeta máximo de la democracia y de la camaradería.  Emerson lo dijo: los poemas de Whitman son, con frecuencia, no tanto proyecciones imaginarias, sino más bien, inventarios de América. Se propuso desde el comienzo idealizar a los Estados (sus Estados Unidos), y así, a lo largo de toda su obra, a la que Venido de Paumanok sirvo de pórtico, lo vemos y escucharemos en su canto a las masas insatisfechas, a los héroes, a la camaradería y al amor, al bien y al mal, como realidades de la Democracia. “Paumanok, nombre con que los  indígenas designaban a  Long Island, la Isla Larga -dice  Henry Seidel Canby en su biografía de W. W.- simbolizaba para él su juventud no menos que la realidad geográfica. Nacido entre las colinas de esta isla, si bien su juventud y su temprana adultez tuvo por escenario la ciudad, volvió asiduamente al ambiente rural de  Long  Island para visitar a sus padres, emplearse de maestro de escuela, hacer caminatas, vagar (que para él significaba meditar y absorber) y buscar el contacto con las playas y el mar. Su mundo en  Long Island rural comprendía la parte oeste de la isla; comenzaba a unas veinte millas de Nueva York y se extendía desde el estrecho de Long  Island hasta el Atlántico, tan próximos que en los días de tempestad el sordo bramido del mar embravecido llegaba a las suaves colinas donde estuvo la cuna de W. W. La parte este de Long Island, con la Bahía del Sur y las comarcas de  Green  Port y  Montauk no forman parte del escenario de su infancia...”

VENIDO DE PAUMANOK
(Starting From Paumanok)

1

Salido de la isla que tiene forma de pez, Paumanok, en que
he nacido,
Engendrado por todo un hombre, mi padre, y educado por
una madre perfecta,
Luego de haber errado por muchas tierras, amante de los
caminos populosos,
Morando en Manhattan, mi ciudad,
o en las praderas sureñas,
Un soldado acampado, o partiendo con mi fusil al hombro,
o como minero en California,
O llevando una rústica existencia en mi casa, en los bosques
de Dakota, comiendo sólo carne y bebiendo agua de
los manantiales,
O retirado para meditar y cavilar en lo profundo
de cualquier caverna,
Donde, lejos del ruido mundano, transcurre el tiempo entre
éxtasis dichosos,
Teniendo en evidencia al generoso, al abundante Misuri,
contemplando al pujante Niágara,
Teniendo en evidencia las manadas de búfalos que pacen
en las praderas, el hirsuto bisonte de robusto pecho,
La experiencia de la tierra, las rocosas montañas, las flores
de mayo, las estrellas, la lluvia, la nieve que me
maravillan,
Habiendo estudiado los trinos del pájaro burlón y el vuelo
del gavilán de la montaña,
Habiendo escuchado al rayar el alba el pájaro incomparable,
el tordo, entre los cedros de los pantanos,
Solitario, cantando al Oeste, entono el himno de un Nuevo Mundo.

2

Victoria, unión, fe, identidad, tiempo,
Los lazos indisolubles, riquezas, misterios,
Progreso eterno, el cosmos, y las modernas invenciones.

Esta es la vida.
He aquí lo que ha subido a la superficie luego de tantos
tormentos y convulsiones.

¡Cuánta curiosidad! ¡Cuánta realidad!
Bajo mis plantas el suelo divino, sobre mi cabeza el sol.
Veo girar al mundo,

Los continentes ancestrales lejos, agrupados, juntos,
Los continentes futuros, al norte y al sur, con el istmo
entre ambos.

Mirad las vastas llanuras, sin caminos
Como en un sueño se prolongan, y rápidamente se colman,
Innúmeras multitudes en ellas desembocan,
Cubiertas están por la gente más avanzada que se, conoce
en las artes, en las instituciones.

Mirad, proyectado a través del tiempo,
Para mí, un auditorio interminable.
Con paso firme y regular avanzan sin detenerse jamás,
Sucesión de hombres, americanos, cien millones,
Una generación pasando luego de desempeñar su papel,
Una generación desempeñando su papel y pasando a su vez
con el rostro vuelto hacia un lado o hacia atrás, para
escucharme,
Con ojos retrospectivos, contemplándome.

3

¡Americanos! ¡Conquistadores! ¡Avanzadas humanitarias!
¡Las más avanzadas! ¡Centenarias avanzadas¡ ¡Libertad!
¡Masas!
Para vosotros un programa de cantos.

Cantos de las praderas,
Cantos del Mississippi a lo largo de su curso y hasta el mar
de México
Cantos del Ohío, Indiana, Illinois, Iowa, Wisconsin y Minnesota,
Cantos partiendo del centro, de Kansas, y equidistantes de
allí,
Brotando como llamaradas, vivificándolo todo.

4

Recoge mis hojas de hierba, América, recógelas al Sur y
recógelas al Norte,
Dales la bienvenida en todas partes, porque ellas son la
progenie.
Rodea las del Este y las del Oeste, porque ellas querrán
rodearte,
Y vosotros, precedentes, vinculados tiernamente con ellas,
porque ellas se vincularán con vosotros.

He estudiado los viejos tiempos,
Me he sentado para estudiar al pie de los grandes maestros,
Ahora, si, puedo ser elegido. ¡Oh! ¡Ahora pueden venir los
grandes maestros y estudiarme a su vez.

Acaso, en nombre de esos Estados, ¿puedo despreciar lo
antiguo?
Y es que esos Estados son los hijos de lo antiguo
y lo justifican.

Poetas muertos, filósofos, sacerdotes,
Mártires, artistas, inventores, gobernantes de hace mucho
tiempo,
Forjadores del lenguaje en remotas tierras,
Naciones antaño pujantes, ahora reducidas, apartadas, o
desoladas,
No me atrevo a anticipar lo que respetuosamente yo os
acredito de lo que habéis aportado y dejado aquí.
Yo reconozco que es admirable (¡me ha conmovido tanto!).
Lo he contemplado atentamente durante un largo instante,
y luego lo he despedido;
Aquí estoy, en mi puesto, con mi propio tiempo.

He aquí las tierras, hembras y machos,
He aquí la herencia masculina y la herencia femenina del
mundo, he aquí la llama de la materia,
He aquí la espiritualidad, que es la traductora, que está
plenamente dedicada,
Es el movimiento constante, el final de las formas visibles,
La satisfacción, avanzando ahora, luego de la prolongada
espera,
¡Sí, he aquí que llega mi señora, el alma!

6

El alma,
Por siempre, siempre, por más que el suelo deje de ser pardo
y estar duro, hasta cuando las aguas dejen de fluir y
refluir.
Yo quiero trazar los poemas de las cosas materiales, porque
considero que serán los poemas más espirituales,
Y haré los poemas de mi cuerpo y de la inmortalidad,
Porque creo que entonces yo mismo me halagaré con los
poemas de mi alma y de la inmortalidad.

Haré un canto para estos Estados, a fin de que ni un solo
Estado, en circunstancia alguna, esté supeditado a otro,
Y haré un canto que brindará dilecta amistad, noche y día
a todos los Estados, y entre todos los Estados, y entre
cada uno y todos los Estados,
Y haré un canto para las orejas del Presidente,
lleno de armas y amenazadoras puntas,
Y en pos de las armas, innumerables rostros descontentos,
Y haré un canto del Uno formado por todos estos Estados,
El Uno armado de dientes y chispeante, cuya cabeza está
por sobre todos,
El Uno resuelto y guerrero, involucrándolos a todos,
(Por más alta que esté la cabeza de cualquiera, otra habrá
por encima de todas).
Encontraré los países contemporáneos,
Seguiré toda la huella geográfica del globo, y saludaré
cortésmente a toda ciudad, grande o pequeña.
¡Y los oficios! Yo pondré en mis poemas lo que para ti es
heroísmo sobre la tierra y el mar,
Y relataré tu heroísmo desde un punto de vista americano.
Yo entonaré el cántico de la camaradería,
Yo mostraré qué es lo único que finalmente debe unir a
los Estados.
Yo creo que estos Estados deben fundar su propio ideal de
amor viril, y yo en mí lo indicaré,
Yo dejaré entonces que la llama que de mí brota
se convierta en el fuego que me consumirá,
Yo removeré lo que ha permanecido largo tiempo bajo ese
fuego generador,
Yo lo abandonaré completamente,
Yo escribiré los poemas -evangelios de los camaradas y del
amor.
¿Por qué, entonces, no comprenderé al amor con toda su
tristeza, con toda su alegría?
¿Por qué, entonces, no me convertiré en el poeta de los
camaradas?

7

Yo soy el hombre que cree en las cualidades, en los siglos
y en las razas.
Yo marcho al frente del pueblo según su propio espíritu,
He aquí lo que canto sin restricción alguna.

¡Omnes! ¡Omnes! ¡Qué otros ignoren lo que puedan ignorar!
Yo también hago el poema del malo, también conmemoro
esa parte,
Yo mismo soy tan malo como bueno, y tal es mi nación,
y digo que, en efecto, nada de malo hay en ello,
 (O bien, si hay algo malo, digo también que esto, para ti,
para el país, o para mí es tan importante como
cualquier otra cosa).
Yo, también, voy en pos de muchos hombres y también
me siguen muchos hombres, inauguro una religión, Yo
desciendo a las arenas,
(Es probable que esté destinado a lanzar los gritos más
fuertes y las aclamaciones ensordecedoras
del vencedor).
¿Quién sabe? Estos gritos pueden aún escapárseme
y repercutir por sobre todas las cosas.
Nada existe por sí mismo,
Yo digo que la tierra entera y todas las estrellas en el cielo
existen gracias a la religión.
Yo digo que ningún hombre hasta el presente
ha sido suficientemente devoto,
Nadie ha adorado aún lo suficiente,
Nadie ha comenzado a pensar cuán divino es él mismo, y
cuán certero es el futuro.

Yo digo que la real y permanente grandeza de estos
Estados debe ser su religión.
De otra manera no hay real y permanente grandeza;
(Ni carácter ni vida dignos de tal nombre
fuera de la religión,
Ni país, ni hombre o mujer sin religión).

8

¿Qué haces tú, mancebo?
¿Eres tan serio, tan dedicado estás a la literatura,
a la ciencia, al arte, a los amores?
¿A estas ostensibles realidades, políticas e ideales?
¿A tu ambición o tus negocios, sean cuales fueren?
Está bien: contra esto yo no digo una palabra, que yo también soy poeta.
Pero, ¡mira! Todas estas cosas poco subsisten, arrasadas por
la religión,
Porque no hay materia más combustible para ese calor
- impalpable llama, vida esencial de la tierra-,
No hay materia que se resista al fuego de la religión.

9

¿Qué buscas, tan pensativo y silencioso?
¿Qué necesitas, camarada?
Hijo querido, ¿no crees que es el amor?

Escucha, hijo querido,- Escucha, América, hija o hijo:
Cosa penosa es el excesivo amor por un hombre o por una
mujer; pero, no obstante, es grande.
Mas, si existe otra cosa aún más grande, ella debe coincidir
con todo,
Y Ella, magnífica, más allá de las cosas materiales, con sus
manos asiduas tendrá que abarcar y proveer para todos.

10

Sabe que, sencillamente, nada más que para dejar caer en
la tierra los gérmenes de una religión más grandiosa,
Yo entono los cantos que siguen, cada cual para su especie.
¡Camarada mío!
A fin de que tú compartas conmigo dos grandezas, y una
tercera que se eleva, incluyendo las que aún son más
resplandecientes,
La grandeza del Amor y de la Democracia, y la grandeza
de la Religión.

Mezcla para mí, lo invisible y lo visible,
Misterioso océano en el que los ríos se vacían,
Profético espíritu de las cosas materiales que alrededor mío
se agitan y conmueven,
Seres vivientes, identificados indudablemente con nosotros,
que nos rodean en el aire, y a los cuales no conocemos,
Contacto diario y de todas las horas que no quiere
abandonarme
Y al que yo echo mano cuando las necesidades lo exigen.
No es el que, desde la infancia, me besa con su cotidiano besar,
No es lo que me rodea y me abraza,
Lo que a él me liga.
Ni siquiera lo que me liga a los cielos y a todo el mundo
espiritual
Después de lo que ellos me han hecho, inspirándome los
temas.
¡Oh! ¡Qué temas,- la igualdad! ¡Oh, divino término
medio!
Melodiosos bajo el sol, penetrando en mí como ahora, o al
mediodía, o al declinar el día,
Acentos musicales flotando a través de los siglos, y llegando
ahora hasta aquí,
Yo me aferro a vuestros irregulares acordes y composiciones,
los agrego, y, gozoso, los trasmito a los que
marchan adelante.

11

Cuando realizaba yo, en Alabama, mi paseo matinal,
Vi a la hembra del pájaro-mentiroso echada, en su nido,
entre las zarzas, empollando.
Yo vi también al macho,
Yo me detuve para escucharlo mientras hinchaba su pecho
y cantaba alegremente.

Y mientras estaba allí, se me ocurrió que no se hallaba allí
sólo porque cantaba,
No sólo por su compañía, ni por él mismo, ni por todo
cuanto los ecos repetían,
Sino por algo más sutil, más clandestino, más lejano,
Un precepto transmitido, un don oculto para aquellos que
van a nacer.

12

¡Democracia! Muy cerca de ti hay ahora una garganta que
se hincha y canta alegremente.

¡Mi mujer! Por la progenie que está más atrás de nosotros
y por la que nos sucederá,
Por los que aquí miran y los que han de venir,
Yo, entusiasmado de estar listo para ellos, haré brotar ahora
cantos más fuertes y altivos
como jamás fueron escuchados sobre la tierra.

Yo compondré el canto de las pasiones para entonarlo en
el camino,
Y compondré vuestras canciones, criminales fuera de ley,
porque yo os mido con ojos fraternales, y yo os llevo
dentro de mí como a todos.

Yo compondré el verdadero poema de los ricos,
A fin de ganar para el cuerpo y el espíritu todo cuanto
sigue siendo fiel y avanza, y no está perdido para la
muerte;
Yo desparramaré el egotismo y lo mostraré en el fondo de
todo, y seré el bardo de la personalidad,
Y yo mostraré al hombre y a la mujer que uno y otra no
es igual al otro.
¡Órganos sexuales y actos sexuales! concentraos en mí,
porque resuelto estoy a decirlo con voz valiente y
clara, a fin de probar que sois gloriosos,
Y demostraré que no hay imperfecciones en el presente, y
que no podrá haberlas en el futuro,
Y demostraré que de todo cuanto a alguno le ocurre pueden
obtenerse buenos resultados,
Y demostraré que no puede ocurrir nada más bello que
la muerte.
Y ensartaré mis poemas como en un hilo, ya que el tiempo
y los acontecimientos son coherentes,
Y que todas las cosas del universo son profundos milagros,
cada uno más profundo que otro cualquiera.

Yo no compondré poemas con referencia a las partes.
Pero yo compondré poemas, canciones, pensamientos, con
referencia al conjunto,
Y yo no cantaré lo que se refiere a un solo día, sino lo que
se refiere a todos los días,
Y no compondré un poema ni la mínima parte de un poema
que no haga referencia al alma,
Porque, habiendo contemplado los objetos del universo,
compruebo que no hay ninguno, ni la más ínfima parte
de ninguno, que no tenga referencia con el alma.

13

¿Alguno quiere ver el alma?
Mira tus formas y tu rostro, personas, estancias, ganados,
árboles, arroyos que corren, rocas y arenas.
Todos contienen regocijos espirituales e inmediatamente
los derraman.

¿Cómo, el cuerpo real puede morir y ser sepultado?
Tu cuerpo real, el cuerpo real de todo hombre y de toda
mujer,
Pedazo a pedazo, el cuerpo escapará de las manos de los
limpiadores de cadáveres y pasará a las esferas que le
conciernen;
Por consiguiente, lo que se ha agregado a él
desde el momento de nacer hasta el instante de la muerte.

No son los caracteres compuestos por el tipógrafo los que
tienen conciencia de lo que imprimen, su significado,
su función concerniente,
Tampoco la sustancia y la vida de un hombre, o la sustancia
y la vida de una mujer son conscientes en el cuerpo y
el alma,
Indiferentemente antes de la muerte y después de la muerte.

Mira: el cuerpo incluye el significado y es la significación,
el motivo principal; incluye el alma y es el alma;
¡Quienquiera que seas, por más soberbio y divino que sea
tu cuerpo, y no importa que parte de tu cuerpo!

14

¡Quienquiera que seas, yo te hago un anuncio infinito!
Hija de este país, ¿escuchas a tu poeta?
¿Oyes al poeta de la boca desbordante y la mano imperativa?

Para el macho de estos Estados, y para la hembra de estos
Estados,
Palabras ardientes, palabras para la tierra de la Democracia.
¡Tierras roturadas, productoras de alimentos!
¡Tierras del carbón y del hierro! ¡Tierras del oro! ¡Tierras
del algodón, el azúcar y el arroz!
¡Tierras del trigo, de los novillos, de los cerdos! ¡Tierras
de las lanas y del cáñamo! ¡Tierras de las pomas y de
las viñas!
¡Tierras, llanuras pastorales, campos de pastos del mundo entero!
¡Tierras, interminables llanuras en las que tan suave es el aire!
¡Tierras de los rebaños, de los jardines, de la sana casa de adobes!
¡Tierras en las que el noreste del Columbia forma sus meandros,
y el Colorado los suyos al sudoeste!
¡Tierras del Chesapeacke al este! ¡Tierras del Delaware!
¡Tierras del Ontario, Erie, Huron, Michigan!
¡Tierras de los Old Thirteen (Viejos Trece Estados)!
¡Tierras de Massachusetts! ¡Tierras de Vermont y Connecticut!
¡Tierras de las playas oceánicas, tierras de las sierras y picos!
¡Tierras de los boteros y marineros, tierras de pescadores!
¡Inextricables tierras! ¡Estados anudados entre sí!
¡Estados apasionados!
¡Tierras de las gentes unidas entre sí, de los hermanos mayores
y de los pequeños, gentes con los miembros huesudos!
¡Tierras de las mujeres robustas!
¡Tierras femeninas, con las hermanas que tienen experiencia
y las pequeñas que no la tienen aún!
¡Tierras en las que se respira con amplitud,
tonificadas por el Ártico, aventadas por el golfo de México!
¡Tierras diversas! ¡Tierras compactas!
¡La Pensilvania! ¡Virginia! ¡Doble Carolina!
¡Oh! ¡Vosotras todas, y cada una de vosotras,
tan amadas por mí!
¡Mis intrépidas naciones! ¡Oh! ¡De cualquier manera,
yo os incluyo a todas en un perfecto amor!
¡Yo no sabría desprenderme de vosotras; ni más ni menos
de una que de otra!
¡Oh, muerte! Pese a todo, todavía tú no me has visto en
este instante, lleno de amor irresistible,
Recorriendo la Nueva Inglaterra, amigo, viajero,
Enlodando mis pies desnudos al borde los rizos estivales,
en las riberas del Paumanok,
Atravesando las praderas, viviendo nuevamente en Chicago,
habitante de todas las ciudades,
Observando los espectáculos, nacimientos, progresos,
construcciones, artes,
Escuchando a los oradores y las oradoras en las salas públicas,
Siendo de los Estados, recorriéndolos toda la vida
para tener por vecino mío a cada hombre, a cada mujer,
El de la Luisiana y el de Georgia, tan próximos, y yo tan
cerca de él o de ella,
El de Mississippi y el de Arkansas todavía conmigo, y yo
con quienquiera de ellos.
Todavía en las llanuras al oeste del río espinal, todavía en
la casa de adobes,
Regresando aún del Este, todavía en el Estado marítimo o
en Maryland.
Todavía canadiense que desafía con bravura al invierno,
la nieve y el hielo que me son bienvenidos,
Todavía verdadero hijo del Maine o del granítico Estado,
o del Estado de la Bahía de Narragansett, o del Estado
imperial,
Todavía navegando al largo para anexar las costas, todavía
acogiendo a todo hermano nuevo,
Ofrendando aquí estas hojas de hierba a los nuevos desde
el instante en que se unen a los antiguos,
Acudiendo yo mismo entre los nuevos para ser su compañero
y su igual, llegando yo mismo ahora hasta ti.
Instándote a unirte para cumplir en mi compañía actos, caracteres, espectáculos.

15

Conmigo y firme a mi vera, apresúrate ahora, apresúrate
siempre.
¡Durante tu vida toda, únete a mí!
(Puede que yo deba persuadirme muchas veces antes de
entregarme realmente a ti; pero ¿qué importa?
¿Acaso la naturaleza no necesita persuadirse muchas veces?
Yo no soy un melindroso dulce y afectuoso,
He arribado barbudo, tostado por el sol, con el cuello sucio,
repugnante,
He de luchar conmigo mientras busco la sólida recompensa
del universo,
Porque así son los premios que yo doy al que puede perseverar para ganarlos.

16

En mi camino me detengo un instante,
¡Por ti! ¡Y por América!
Siempre elevo el presente, siempre proclamo el venturoso
y sublime futuro de los Estados,
Y, en cuanto al pasado, yo proclamo lo que el ave conserva
aún de los aborígenes rojos.

Los aborígenes rojos,
Nos dejan como si fueran nombres los aires naturales, los
ruidos de la lluvia y del viento, llamados cual los de los
pájaros y de los animales en los bosques, expresados
en sílabas,
Okonee, Koosa, Ottawa, Monongahela, Sauk, Natchez
Chattahooche, Kaqueta, Oronoco,
Wabash, Miami, Saginaw, Chippewa, Oshkosh, WallaWalla,
Dejándolos a los Estados Unidos, ellos se borran, cargando
de nombres el agua y la tierra.

17

Expandiéndose y veloces, de aquí en adelante,
Elementos, progenitores, acoplamientos levantiscos, vivos
y audaces.
Mundo otra vez primitivo, perspectivas de esplendor incesante y ramificado,
Nueva raza dominadora de las razas anteriores y mucho
más grandiosa, con nuevas luchas,
Nuevas políticas, nuevas literaturas y religiones, nuevas
invenciones y artes,

A éstas, mi voz las anuncia:- Yo ya no dormiré más, me
levantaré,
¡Vosotros, océanos que en mí habéis encontrado la calma!
¡Qué insondables os sentís, agitados, preparando oleajes
y tempestades como jamás se vieron!

18

Ved los vapores navegando a través de mis poemas,
Ved en mis poemas los inmigrantes que de continuo
arriban y desembarcan,
Ved hacia atrás, el wigwan, la huella, la choza del cazador,
la embarcación de cabotaje, la hoja de maíz, la concesión,
el rústico cercado y la aldea entre los bosques,
Ved hacia un costado el mar del Oeste y al otro costado el
mar del Este, cómo avanzan y se alojan
sobre mis poemas cual si fuera sobre sus playas,
Ved en mis poemas las praderas y los bosques,
Ved las bestias salvajes y las domesticadas,
Ved, más allá del Kaw, los innúmeros rebaños de búfalos
nutriéndose con las hierbas cortas y crespas,
Ved en mis poemas las sólidas ciudades, vastas,
en el interior del continente, con las calles pavimentadas,
los edificios de hierro y piedra, los vehículos que transitan
sin cesar, y el comercio.
Ved la máquina impresora con sus múltiples cilindros, el
telégrafo eléctrico que se extiende a través del continente,
Ved a través de las profundidades del Atlántico,
las pulsaciones de América llegando a Europa,
las pulsaciones de Europa que, a su vez, le responden.
Ved la locomotora potente y veloz que parte, anhelante,
dando escape al vapor de su silbato,
Ved los labriegos en las granjas, ved los mineros excavando
las minas, ved las innúmeras usinas,
Ved los artesanos con sus útiles, ante sus bancos, ved que
emergen de entre ellos los jueces supremos,
los filósofos, los presidentes, vestidos con sus ropas de trabajo,
Y, vagabundo, a través de los campos y de las tiendas de
los Estados, vedme a mí, de todos amado, noche y día
abrazado.
Escuchad allá el eco sonoro de mis canciones,
Leed las sugestiones que finalmente os hago.

19

¡Oh, camarada que estás a mi lado! ¡Oh, tú y yo, y nadie
más que nosotros dos!
¡Oh! ¡Una palabra para despejar definitivamente
el sendero que tenemos ante nosotros!
¡Oh! ¡Cosa extática e indemostrable! ¡Oh, música formidable!
¡Oh! ¡La mano en la mano! ¡Oh, el saludable placer!
¡Oh! ¡Todavía un hombre que desee y que ame!
¡Oh! ¡Apresurarse, sosteniéndose uno al otro con firmeza!
¡Apresurarse, apresurarse en mi compañía!

(1860-1881)

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