martes, 7 de octubre de 2014

Helvert Barrabás - Archimboldi.




Eric Lacombe



A Roberto Bolaño y su obra inacabable


Me consagro a la disciplina magistral del abandono
Y conformo un homenaje al germánico acuoso

 Grandes zancadas configuran tu camino temblado
Y tus cabellos son un trozo de sol en las estepas escandinavas

De madre tuerta y padre cojo eres la configuración de lo truncado
Y la literatura llega a ti como un domingo a las iglesias

Nos recuerdas a Rimbaud, grandullón prusiano
Desvariando a las orillas del Dniéper

Hombre solo y vida honesta
Rehúyes de los galardones y las medallas

El tonto aplauso te provoca bostezos
Y la formalidad te parece una aberración

Hans Reiter observando el gélido y muerto cielo de Los Alpes:
Tu figura es la iconografía del hombre libre

Viajero infatigable
Has roto el timón y las ataduras

Has optado por una vida distanciada de lo pomposo
Y te sumerges en los dédalos de la existencia desarraigada

Académicos escarban tus libros
Mientras tú acudes a un encuentro con la vida

Te extravías en los desiertos inconclusos de Sonora
Para jamás dejarte ver

Bajo el tórrido Sol confeccionas tu próximo incendio
Y desgajas las tardes en pensiones miserables

La vida te da patadas y las soportas como un gallardo
En aquel manantial de vejámenes y matanzas

Endebles animitas desparramadas y desteñidas se apiñan alrededor de los caminos:
El olor a sexo muerto cubre todo el polvo del desierto

Tu silueta se desvanece entre cadáveres
Y tequila “Los Suicidas”

Y sucumbes junto a la pluma de quién te retrato

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