Lo prostituyen todo
con su ánimo gastado en
circunloquios.
Lo explican todo.
Monologan
como máquinas llenas de
aceite.
Lo manchan todo con su
baba metafísica.
Yo los quisiera ver en
los mares del sur
una noche de viento
real, con la cabeza
vaciada en frío,
oliendo
la soledad del mundo,
sin luna,
sin explicación
posible,
fumando en el terror
del desamparo.
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