domingo, 24 de marzo de 2013

Francisco Goitia. (1882 - 1960)



Nació en Fresnillo, México, el 4 de octubre de 1882, fue un artista sui generis dentro del panorama cultural mexicano ya que se mantuvo al margen de las costumbres sociales de su época y de la corriente pictórica oficial. Aunque perteneció a la llamada Escuela Mexicana de Pintura y Escultura —personificada por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, entre otros, no participó en el movimiento muralista iniciado en 1922.

Goitia militó en las huestes villistas, como pintor oficial del general Felipe Ángeles. Años más tarde recordaría: "fui a todas partes con su ejército, observando. Nunca porté armas porque sabía que mi misión no era matar...". Su trabajo consistía en dar testimonio pictórico de la vida en estos agitados años.

Así, presenció varias batallas, como la de Zacatecas de 1914. Los temas de su pintura de estos años muestran el horror y fascinación que le produjo la guerra. Goitia hizo cuadros que muestran paisajes del norte del país pero, sobre todo, la brutalidad y la muerte que veía cotidianamente. Para realizar su serie de cuadros sobre ahorcados, Goitia colgaba de un árbol cadáveres auténticos y observaba su descomposición para después plasmar el dramatismo de su violenta muerte.

En 1920, Goitia se va a vivir como un anacoreta a Xochimilco; allí conoce a Ignacio Rosete, hombre de una familia con escudo y con quien entabla amistad hasta el resto de sus días (se dice que éste fue quien le vendió el terreno donde construyó una choza con sus propias manos). En sí Francisco Goitia fue hombre fuera de las superficialidades de la vida cultural e intelectual de la ciudad de México, a la que se rehusaba a pertenecer.

La desolación de los paisajes de Goitia transmiten el sentimiento que la Revolución Mexicana produjo en el artista.

Falleció en Xochimilco, México, D. F., el 26 de marzo de 1960. 










1 comentario:

  1. Manos mágicas
    Al maestro Goitia
    Por Efrén Romero Acuña 2010
    Manos mágicas que hábilmente fluyen
    guiando el pincel servil y educado,
    sobre el lienzo desierto desolado,
    donde miles de edenes se construyen.
    Los colores como armoniosas notas,
    se prenden en el papel pautado
    dando vida que con vaivén pausado,
    en sinfonías los matices brotan.
    Sólo encontrar con su estilo, es la premisa,
    que le dicta su mente apasionada,
    satisfacer a través de la mirada.
    el corazón enamorado del artista.
    En sus lienzos se esconde la impotencia,
    del que mira a su patria ensangrentada,
    y que en crítica furiosa.. descarnada
    pinta ahorcados como huella de conciencia.
    Sobre el basurero el pintor hereda
    en un cuadro profético que intuye
    el presente que por doquier destruye
    !la belleza sublime de mi tierra¡
    Pintor del paisaje campirano
    y de los rostros hermosos de mujeres
    que con el marco del rebozo quieres
    transmutar el paisaje con lo humano.
    Te retratas con el pelo alborotado
    con la mano sobre el pecho henchido
    fiel mensaje del amoroso amigo
    que estará para siempre de tu lado.
    Canto al hombre que plasmara con sus huellas
    el ejemplo de gran tenacidad
    del maestro que vestido de humildad
    es orgullo de !Xochimilco y Zacatecas¡

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