lunes, 25 de marzo de 2013

Salvator Rosa. (1615-1673)



Todos los textos que repasan la vida y obra del napolitano Salvator Rosa coinciden en señalar lo poco convencional que fue este singular artista italiano del siglo XVII.

Y no es de extrañar, pues su biografía está plagada de luces y sombras. No faltan las referencias en las que se señala que vivió un tiempo entre bandidos; sus contemporáneos lo tildaban de "poco ortodoxo y extravagante" o de "eterno rebelde" y sus inquietudes artísticas le llevaron a probar suerte en la pintura, el grabado, la música, la poesía o el teatro.

Enemigo acérrimo del todopoderoso Bernini, parece ser que nunca le importaron las consecuencias de enfrentarse a destacados artistas y mecenas, e incluso dicen algunas referencias que formó parte de la llamada 'Compagnia della Morte', una hermandad siniestra dedicada a dar muerte a los por entonces poco apreciados españoles.

Con tales antecedentes, no es de extrañar que Rosa goce del honor de ser considerado uno de los genios artísticos más singulares del siglo XVII italiano.

Nacido en una pobre familia napolitana, su padre, Vito Antonio de Rosa, se había empeñado en que su vástago hiciera una carrera de provecho en el seno de la Iglesia. Pero para disgusto de su progenitor, Salvator llevaba el "veneno" del arte en sus venas, y a ello dedicó toda su vida.

Con solo veinte años se trasladó a Roma para cumplir su sueño, y no tardó en destacar entre la comunidad artística de la Ciudad Eterna. Allí reunió a un grupo de aficionados y dio forma a una peculiar compañía teatral, cuyas representaciones gozaron de un importante éxito.

Sin embargo, su carrera como actor y dramaturgo no duró mucho, pues tras inundar la ciudad con pasquines criticando a su odiado Bernini y a otros personajes influyentes, se vio obligado a escapar a Florencia. Allí pasó nueve años de su vida (entre 1640 y 1649) y dio forma a la parte de su producción artística que más nos interesa: sus pinturas de brujas y hechicerías.

Los catálogos del Louvre y de la National Gallery —museos en los que se encuentran algunas de estas obras 'brujeriles'— coinciden en señalar que las obras con temas ocultistas eran poco usuales en la pintura italiana de su época.

Pero ya hemos dicho que Salvator Rosa era poco convencional, y no faltan referencias a su persona que señalan su interés "hacia lo sobrenatural y los misterios de la mente". Unas inquietudes estas que habrían surgido al frecuentar ciertos ambientes eruditos de su ciudad natal.

(Texto extraído de: http://es.noticias.yahoo.com)
















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