sábado, 25 de mayo de 2013

Carlos de Rokha - Tránsito al Duelo.


Si el sordo desierto de una noche se extiende hasta tus lámparas
Y delante de tu espejo ante ti te estremeces no debes dudarlo
Es el instante supremo cuyo sólo contacto se desata sobre tu memoria
Y convierte al sueño en un bosque de estatuas yacentes sobre una extraña vegetación
Donde mi amante se embriaga con vino y cantos nupciales, joyas bárbaras,
espesos vahos y objetos marinos
Mientras árboles de brotante champaña inundan mi cerebro
Ella es la cierva que deja tatuarse su piel por la fuente del verano
Oh, terrible espanto, mi pasión te consume
Y en un orden más puro que la nada
Veo pasar los dulces caballos del delirio
Más allá de mi mismo
El mar puebla sus larvas azules de terrores y ángeles
Que me devoran de sed
O bien arrojan pequeñas llamas a mis pies desnudos
Quien ha preguntado por mí a mi sombra que sea pasea en sueños
semejante a una estatua divina?

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