miércoles, 8 de mayo de 2013

Mahfúd Massís - Sonata al padre eterno.



Si te orinaras encima de los naranjos,
no podrías hacer un mundo más irreal, más negro,
enredado en los huevos de un arte sepulcral,
dulce monstruo de omóplatos de herrero.
Bergante de los cielos, roedor de los astros profundos de la medianoche,
aquí está mi pecho, rómpelo,
échalo en tu horno, gallo de viejas invulnerables utopías, húndelo en el ajenjo de tus ojos,
de tus ojos de loco, ¡y la magnolia
de los siglos reventando en tu párpado muerto !
*
Entre arañas eternas y sombras rodeadas de pelos,
oh triunfador, ¡sólo tú y el tiempo!
tú devorando al tiempo como un toro la alfalfa,
erguido sobre la roca con tu quepís de piedra,
echando tribus, huesos al mundo, y dominas extático, fatal,
como un escultor ante la muerte;
y yo debajo de ti, inconexo, agarrado a las muelas del alma,
rodando en los acantilados, escurriéndome
con la cabeza abierta, el pecho abierto, la boca abierta, y gritándote desde abajo :
¡BARRABÁS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario