Yo, poeta
decadente,
español del
siglo veinte,
que los toros
he elogiado,
y cantado
las golfas y
el aguardiente…,
y la noche de
Madrid,
y los rincones
impuros,
y los vicios
más oscuros
de estos
bisnietos del Cid:
de tanta
canallería
harto estar un
poco debo;
ya estoy malo,
y ya no bebo
lo que han
dicho que bebía.
Porque ya
una cosa es la
poesía
y otra cosa lo
que está
grabado en el
alma mía…
Grabado, lugar
común.
Alma, palabra
gastada.
Mía… No
sabemos nada.
Todo es
conforme y según.
https://www.youtube.com/watch?v=rN40JXUJ8IQ
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